Frank Cuesta, conocido por su carácter incendiario y directo, no ha dejado títere con cabeza tras conocer la sentencia de cadena perpetua dictada contra Daniel Sancho en Tailandia. El naturalista, que no teme hablar sin filtros, ha lanzado duras críticas hacia el abogado Marcos García Montes y su equipo, calificando su estrategia de defensa como un auténtico desastre. Estas declaraciones llegan en un momento crítico, cuando los abogados de Sancho se preparan para recurrir una sentencia que para muchos, incluido Cuesta, parece ser un caso perdido desde el principio.
La sentencia, que condena a Sancho por el asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta, ha generado un enorme debate en España. A pesar de la insistencia de Sancho en que la muerte de Arrieta fue un accidente producto de una pelea, la justicia tailandesa determinó que hubo premeditación en el acto, lo que condujo a la cadena perpetua. Los abogados de Sancho, liderados por García Montes, han anunciado su intención de recurrir la sentencia hasta las últimas instancias, una decisión que para Cuesta es una pérdida de tiempo.
Frank Cuesta no es un extraño en lo que se refiere al sistema judicial tailandés. Años atrás, su exesposa, Yuyee, fue arrestada y encarcelada en Tailandia bajo cargos de posesión de drogas, una experiencia que dejó a Cuesta con un profundo conocimiento de los «engranajes» de la justicia en ese país. En el canal de YouTube de Javi Oliveira, Cuesta ha expresado su descontento con la defensa de Sancho, tildando las declaraciones de García Montes, Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás de «gansadas». «Siguen pensando que están en Madrid«, señaló Cuesta, criticando la estrategia de defensa empleada como algo más apropiado para un tribunal español que para uno tailandés.
Uno de los puntos más controvertidos de las declaraciones de Cuesta fue su reacción ante las palabras de García Montes tras la sentencia. El abogado expresó su sorpresa por la condena, sugiriendo que su defensa fue clave para evitar la pena de muerte a Sancho.
Cuesta, sin embargo, desmanteló esta afirmación con dureza: «Cuando te leas el auto verás que lo que dicen es que gracias a que ayudó al principio a la reconstrucción de todo se le ha rebajado, y no por el trabajo de la defensa, que hablaba de bolsas de plástico como paraguas y cocos cortados con sierra o tonterías de esas». Según Cuesta, el equipo legal de Sancho fue demasiado ingenuo y no entendió la gravedad de la situación desde el principio.
Frank Cuesta sostiene que un abogado tailandés hubiera tomado un enfoque diferente, más pragmático. «Fueron muy ‘naif’, muy inocentes», continuó, sugiriendo que lo más sensato hubiera sido llegar a un acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular. Para Cuesta, la evidencia en contra de Sancho era abrumadora, comparando la situación con «ser pillado con el carrito de los helados». Según él, lo único que faltó fue que Sancho grabara el momento del asesinato.
Las críticas de Cuesta no están aisladas. Varios abogados y expertos en el tema, como la conocida criminóloga Beatriz de Vicente, han señalado que, dadas las pruebas y la confesión inicial de Sancho, la estrategia más lógica hubiera sido reconocer los hechos, declararse culpable y negociar una condena más favorable, incluyendo el pago de una indemnización a la familia de la víctima. Estas recomendaciones fueron recibidas con desdén por García Montes, pero Frank Cuesta las respalda completamente. Según él, esta estrategia podría haber reducido la condena a 50 años, un resultado significativamente más favorable que la cadena perpetua.
Los argumentos de Frank Cuesta
«Se podría haber conseguido una pena de 50 años,» dijo Cuesta, argumentando que con la confesión y la colaboración de Sancho, así como un pago de indemnización y el uso de argumentos psicológicos, la situación podría haber sido muy diferente. Sin embargo, lo único que la defensa de Sancho logró, según Cuesta, fue «montar un circo mediático».
Las palabras de Frank Cuesta han encendido aún más un debate ya de por sí candente en torno a la sentencia de Daniel Sancho. Su conocimiento del sistema judicial tailandés, sumado a su habitual franqueza, ha dejado en evidencia lo que él considera una estrategia de defensa mal concebida y ejecutada. Mientras el equipo legal de Sancho sigue adelante con su plan de apelar la sentencia, las palabras de Cuesta resuenan como un oscuro presagio de lo que podría ser un esfuerzo inútil en un sistema que, según él, no está dispuesto a dar marcha atrás.