El verano de 2024 ha traído consigo una de las noticias más esperadas en el mundo del espectáculo: la pareja formada por Jessica Bueno y el cantante Luitingo celebra con entusiasmo sus ocho meses de relación, una etapa llena de amor, felicidad y promesas de un futuro brillante. Desde que sus caminos se cruzaron en la casa de Guadalix, durante su participación en un famoso reality show, estos dos jóvenes no han dejado de demostrar que están hechos el uno para el otro, viviendo una auténtica luna de miel que parece no tener fin.
2Luitingo, el gran apoyo de la modelo
Esta relación no solo ha unido a Jessica y Luitingo, sino también a sus respectivas familias. Ambos han hecho un esfuerzo consciente por integrarse en el entorno del otro, lo que ha llevado a que la familia de Jessica reciba con los brazos abiertos al sevillano, mientras que la familia de Luitingo ha mostrado un cariño similar hacia la modelo. Esta aceptación mutua ha sido un factor clave para el fortalecimiento de su relación, creando un ambiente de apoyo y amor que ambos valoran profundamente.
La pareja ha decidido establecer su residencia en Bilbao, ciudad natal de Jessica, un cambio que Luitingo ha abrazado con entusiasmo. Su traslado a Bilbao demuestra la seriedad y el compromiso que ambos tienen con su relación, dispuestos a construir un hogar y un futuro juntos. Para el cantante, el amor que siente por Jessica ha sido suficiente para dejar atrás su vida en Sevilla y comenzar una nueva etapa junto a ella en el norte de España.
Además de la celebración de sus ocho meses juntos, Luitingo también aprovechó la ocasión para felicitar a Jessica por su 34 cumpleaños, que tuvo lugar hace solo unos días. En una emotiva publicación, el cantante expresó sus sentimientos más profundos hacia su pareja: «No sé ni por dónde empezar… pero vivir tus 34 años a tu laíto va a ser una pasada«, comenzó escribiendo, dejando claro que su amor por Jessica es inmenso y que está emocionado por todo lo que el futuro les depara.
Luitingo continuó su mensaje recordando cómo se conocieron y cómo, desde entonces, no han dejado de estar el uno para el otro. «Quién nos iba a decir a nosotros dónde nos íbamos a conocer, cómo y demás, y mira… aquí estamos, el uno para el otro, y el otro para el uno. Me alegro muchísimo de que Dios nos haya puesto en el camino, aunque a veces me siga dando vergüenza mirarte a los ojos fijamente (sobre todo cuando canto), decirte que no las hay ni más guapa, ni más bonita en todos los sentidos».
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