Alice Campello y Álvaro Morata toman una decisión difícil para proteger a sus hijos

Alice Campello
Alice Campello

La ruptura más sonada del verano

Alice Campello y Álvaro Morata protagonizan, junto a Álvaro Muñoz Escassi y María José Suárez, una de las noticias más polémicas en torno a rupturas amorosas de este verano. La pareja ha sido seguida de cerca por la prensa del corazón, puesto que ha sido sorprendente su separación, dado que nadie estaba al tanto de que tuvieran problemas.

Ahora la pareja ha sorprendido aún más al anunciar que han tomado una decisión respecto a la forma en la que se desarrollará su relación en el futuro que responde a la clara intención de proteger a sus hijos de las complicaciones que pueden surgir con la separación de los padres.

El estado emocional de Alice Campello

Algunas noticias de estos días dicen que Alice Campello no lo está pasando bien y que se la ha visto llorando en público cerca del estadio Santiago Bernabéu, lo que podría sugerir que la separación no está siendo nada fácil para ella. Aunque, recientemente se la ha visto disfrutando de unas vacaciones con amigas íntimas.

Lo que la pareja sí ha anunciado es que han decidido no formalizar el divorcio. De momento seguirán ligados, en gran parte porque consideran que es lo mejor para los hijos que tienen en común. No obstante, han explicado que no pueden seguir juntos porque no han sabido gestionar algunas cosas y llegar a un entendimiento.

¿Se irá de España Alice Campello?

La influencer aún no ha hecho declaraciones sobre las decisiones que tomará próximamente respecto a su vida; no obstante, se estima que permanezca en España, porque se siente cómoda aquí y en más de una ocasión ha expresado que está cansada de mudarse constantemente.

La complejidad emocional y logística que supone una separación es altísima y es posible que Álvaro Morata y Alice Campello no estén dispuestos a alejarse demasiado de la actual residencia, para poder compaginar sus vidas con la crianza. La pareja intentará, según lo ha expresado, mantener cierta estabilidad para que los hijos no sufran.