En los últimos meses, la vida de Antonio Tejado, sobrino de la icónica cantante María del Monte, ha estado envuelta en un torbellino de controversias y problemas legales. Desde su liberación provisional el pasado 20 de mayo tras casi 100 días en prisión por su presunta implicación en el violento robo a la vivienda de su tía y la de su compañera Inmaculada Casal, Tejado ha optado por mantener un perfil bajo, distanciándose de los medios y del ojo público. Este aislamiento, sin embargo, no ha impedido que nuevos episodios y acusaciones emerjan, complicando aún más su ya deteriorada imagen pública.
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El testigo describe a Tejado en un «estado lamentable» y «desastroso», con ropa sucia y una actitud que no encajaba con el perfil de alguien que se encuentra en un momento de gran crisis personal. Según el relato, durante la fiesta, Tejado presumió abiertamente de su estancia en la cárcel, compartiendo anécdotas sobre lo tranquilo que habría sido su tiempo allí y cómo supuestamente le habían cuidado bien. Este comportamiento ha generado un gran revuelo, pues parece contradecir el cuadro de alguien que, según se había dicho, estaba en profunda crisis y afrontando su situación con seriedad.
Al ser consultado por Europa Press sobre esta información, Antonio Tejado apareció en los juzgados de Sevilla para cumplir con una de las medidas cautelares impuestas como condición de su libertad provisional. Durante su breve aparición, el sobrino de la cantante se mostró solo, serio y ocultó su rostro bajo unas gafas de sol, evitando hacer comentarios sobre los rumores. A pesar de su intento de mantener un perfil bajo, su reacción y su lenguaje corporal no pasaron desapercibidos para los medios. Al escuchar los detalles sobre su fiesta y su comportamiento durante la misma, su gesto reveló un evidente malestar y una incomodidad que contrastaba con su anterior actitud.