Las triquiñuelas de Juan Carlos I para engañar a la reina Sofía en Mallorca: secretos al aire

Juan Carlos I
Juan Carlos I

El mayor engaño de Juan Carlos I


Juan Carlos I utilizaba a la Guardia Civil de Mallorca para engañar a la familia. Esta sentencia se ha podido leer en la mayoría de los medios del país y supone una de las mayores estafas del rey emérito, quien llegó a engañar a su mujer, la reina Sofía, con más de 5.000 mujeres mientras viajaba y duraba su mandato.

Esta semana se ha hablado mucho del tema al aparecer numerosos testimonios de periodistas y paparazzi que dicen haberlo visto en la isla, aprovechando un determinado acto, para desaparecer en altamar con su yate y muy bien acompañado. Pese a todo, al día de hoy su imagen se encuentra totalmente desprestigiada y ya no puede engañar a nadie.

Una relación condenada al desastre

La relación entre Juan Carlos I y Sofía no empezó bien. El rey estaba perdidamente enamorado de Olghina de Robilant, y ella le había entregado su corazón a Harald de Noruega, aunque no era correspondida. Se casaron porque no encontraron otra alternativa y se mantuvieron juntos pese a los numerosos engaños de él. Nunca compartieron la misma cama y la única razón de mantener relaciones sexuales era para tener un heredero varón, que les tomó tres intentos.

La Corona mantenía las apariencias matrimoniales en público, pero Juan Carlos llevaba una vida sexual fuera del matrimonio sumamente activa. En cada puerto, el rey tenía una aventura amorosa. En algunos casos fueron aventuras de una noche pero hubo algunas de ellas que se convirtieron en romances. Bárbara Rey, Corinna Larsen y Marta Gayá, son las tres mujeres con quienes tuvo un vínculo más estrecho.

El calvario de Sofía

La vida de Sofía no fue sencilla y aunque quiso divorciarse varias veces, su madre se lo prohibió. Una vida de engaños y humillaciones que ninguna mujer merece. Parece ser que la insensibilidad del rey era tal que organizaba viajas a Mallorca donde «se sentía muy libre y poco controlado» y disfrutaba de fiestas y encuentros sexuales sin privarse de nada.

Esta información se ha revelado esta semana en la que varios periodistas no dudaron en dar su testimonio sobre las aventuras del rey emérito. «Si se enteraba de que había una fiesta en casa de algún amigo, se presentaba sin avisar», dijo uno. Otro agregó: «Salía con sus amigas y nadie sabía qué pasaba en el barco porque era imposible seguirlo todo el día en alta mar». Tarde o temprano su imagen se vio deteriorada hasta que fue empujado a abdicar.