La primera edición de Supervivientes All Stars nos ha dejado momentos memorables, y uno de ellos, sin duda, fue el robo de dulces protagonizado por todos los concursantes. Este episodio ha generado debate sobre la ética y la diversión en el reality, dejando a muchos con la duda: ¿se justifica el robo por la necesidad?
¿Robo por hambre o por diversión?
Las imágenes de la «operación dulce» muestran a los concursantes uniéndose para robar comida de una de las cabañas de producción. La instigadora, según los participantes, fue Lola, quien ya tuvo una experiencia similar en su edición anterior.
El propio Jorge, ganador de la edición, reveló que el robo tuvo consecuencias en su hogar. Su mujer, Alicia, le contó que sus hijos se habían avergonzado de la acción. Este hecho le sirvió a Jorge para hablar con sus hijos sobre la importancia de las consecuencias de nuestros actos.
«Es el primer Guardia Civil que roba y ha sido en ‘Supervivientes All Stars'», bromeó Alejandro, remarcando el contraste entre la imagen pública de Jorge y su acción en el reality.
La ética en el juego: ¿dónde está el límite?
La ganadora de la edición, Marta Peñate, reconoció que cuando la llamaron para participar le dijeron que iba a hacer cosas que nunca había hecho. «Pensé que nunca había robado y lo hice», comentó con ironía.
Sin embargo, este tipo de acciones no quedaron sin respuesta por parte de la presentadora, Sandra Barneda, quien les recordó que este tipo de actos no están bien vistos en ‘Supervivientes’ ya que restan credibilidad al programa.