En un caso que ha captado la atención mediática, Elena Tablada ha obtenido la custodia completa de su hija tras un fallo judicial que ha desestimado la solicitud de custodia compartida por parte de su exmarido, Javier Ungría. La decisión fue emitida tras un juicio donde salieron a la luz detalles sobre la vida personal de ambos padres, con implicaciones que han dejado a Ungría en una posición desfavorable.
La jueza responsable del caso determinó que la niña de cuatro años estaría mejor bajo el cuidado exclusivo de Tablada, una reconocida diseñadora de joyas. Durante el juicio, se presentaron pruebas que, según Elena Tablada, fueron decisivas para la resolución del caso. En una reciente aparición en el programa ‘De viernes’, Tablada reveló que había contratado a un detective privado, cuya investigación aportó pruebas que resultaron cruciales para la jueza.
«El trabajo del detective privado fue fundamental para el caso,» afirmó Elena Tablada en la entrevista. Sin embargo, se mostró reticente a detallar los hallazgos exactos del investigador, insinuando que las pruebas recogidas demostraban una «rutina desordenada» en la vida de Ungría, algo que consideró inapropiado para una niña de corta edad. «Me han sorprendido tantas cosas de mi expareja… Pero no voy a hablar más de eso en televisión,» agregó, sugiriendo que lo descubierto fue suficientemente grave como para inclinar la balanza a su favor en el tribunal.
Por su parte, Javier Ungría no tardó en responder a las declaraciones de Elena Tablada, expresando su desconcierto y frustración ante la situación. Según Ungría, la investigación del detective fue insuficiente, ya que supuestamente se basó en una observación limitada: «Solo vinieron a verme seis días, en cuatro meses, y que eso dictaminó que la rutina no era buena. No sé cómo una persona en seis días en cuatro meses puede saber cómo es la rutina de nadie». Ungría también retó públicamente a Tablada a revelar todo lo que sabe, insinuando que no hay secretos que esconder en su vida familiar.
La tensión entre ambos es palpable, y el caso ha despertado un interés considerable en el público, en parte debido a la notoriedad de ambos involucrados. Tablada se quejó amargamente de ser vista como la villana en esta historia, a pesar de ser la madre que ha recibido la custodia completa. «Aunque yo sea la demandada y que la jueza haya pensado que lo mejor para mi hija sea estar conmigo, sigo siendo la mala,» expresó. Describió los últimos dos años como «tormentosos», en parte debido al escrutinio público y a las dificultades económicas para afrontar los costos legales y de investigación.
Elena Tablada y las pruebas contra Ungría
Según Tablada, el informe del detective abarcó seis días de investigación en dos periodos diferentes, con la ayuda de dos compañías de detectives distintas, pagadas por un amigo debido a sus propias limitaciones financieras. Las pruebas recolectadas, que incluyeron observaciones sobre el estilo de vida de Ungría, fueron decisivas en la corte. Tablada destacó ejemplos de comportamiento que consideró inapropiados, como llevar a la niña a un bar a altas horas de la noche, algo que no considera adecuado para una menor.
Este caso pone de manifiesto las complejidades y las emociones intensas que rodean los conflictos de custodia, especialmente cuando ambas partes son figuras públicas. La situación refleja también las dificultades y los dilemas que enfrentan los tribunales al determinar el mejor interés de los menores en disputas de este tipo. Mientras el público y los medios continúan especulando sobre los detalles ocultos y las motivaciones detrás de las acciones de ambos padres, lo cierto es que la vida de una niña pequeña está en el centro de este conflicto.
El desenlace de esta batalla legal deja muchas preguntas abiertas, tanto sobre la naturaleza de las pruebas presentadas como sobre el futuro de la relación entre los exesposos y su hija. Con la decisión de la jueza en favor de Elena Tablada, se espera que esta resolución brinde una cierta estabilidad a la niña, aunque los desafíos personales y legales para ambas partes están lejos de haber terminado.