Boticaria García nos da la clave para freír con el mejor aceite
Boticaria García responde a una de las preguntas claves de la cocina española, cada día usamos el aceite para nuestros guisos, aliños, en fin, es un ingrediente imprescindible en las cocinas de cualquier casa, por eso se está produciendo un cambio en las costumbres familiares debido al incremento del precio del aceite de oliva.
En España lo más habitual es que se cocine siempre con aceite de oliva, somos el país productor de este oro líquido más importante del mundo, pero la subida incesante de este producto que ha llegado a costar de media diez euros el litro, ha hecho que el aceite de girasol vuelva a entrar en nuestras casas de una manera constante.
Boticaria García asegura que en crudo, los dos aceites tienen grandes propiedades nutricionales
La farmacéutica asegura que los dos aceites son buenos, por un lado el aceite de girasol tiene mucho más ácido linoleico, alrededor de un 65% de grasas polinsaturadas, y es ahí donde encontramos los ácidos grasos más importantes para el organismo como el Omega-3 y el Omega-6, además tiene un aporte elevado de la necesaria vitamina E y puede disminuir el colesterol malo y los triglicéridos.
Boticaria García confirma que por su parte el aceite de oliva contiene abundantes grasas monoinsaturadas, alrededor de un 73% de ácido oleico y aporta vitamina E y también polifenoles que es un gran antioxidante para el cuerpo, además tiene menos grasas poliinsaturadas, así que nuestro producto previene las enfermedades del corazón y también regula la glucosa en sangre.
Boticaria García confirma qué aceite es mejor para freír nuestros alimentos
Los dos aceites tienen una diferencia fundamental y consiste en su sabor, el aceite de girasol tiene un sabor más neutro y el de oliva tiene notas más afrutadas y amargas y es un líquido ideal para aliñar y aderezar nuestras salsas, pero hay otra diferencia esencial en los dos productos cuando se trata de freír y ahí es cuando tenemos que tomar la decisión más importante.
Boticaria García nos confirma que los dos aceites a altas temperaturas oxidan sus moléculas, por lo que la desventaja nutricional es evidente y hay que consumirlos con moderación , pero nos asegura que las grasas monoinsaturadas del aceite de oliva son más estables y resisten mejor las altas temperaturas, mientras que las grasas poliinsaturadas del aceite de girasol se oxidan más fácilmente, por lo que nos recomienda siempre que sea posible freír con aceite de oliva.