En un giro dramático de los acontecimientos, Melania Trump rompió su silencio este domingo tras el atentado que sufrió su marido, el expresidente Donald Trump, durante un mitin en Butler, Pensilvania, el pasado sábado. La ex Primera Dama describió al agresor como un «monstruo» que veía a su esposo como «una máquina política inhumana«. Este atentado ha sacudido a la nación y ha vuelto a poner en el centro del debate la polarización y la violencia política en Estados Unidos.
A través de un comunicado publicado en la red social X (antes conocida como Twitter), Melania hizo un llamado a la nación para «elevarse por encima del odio y de las ideas simplonas que encienden la violencia». En su mensaje, Melania no solo condenó el atentado, sino que también expresó su preocupación por el clima de hostilidad que ha permeado el discurso político estadounidense.
Cuando vi cómo esa violenta bala golpeaba a mi marido, Donald, me di cuenta de que mi vida, y la de Barron, estaban al borde de un cambio devastador», manifestó Melania, reflejando el temor y la angustia que sintió en esos momentos críticos. Además, aprovechó la oportunidad para trasladar sus condolencias a las familias del fallecido y a los dos heridos durante el tiroteo, mostrando gratitud hacia los agentes del servicio secreto: «Agradecida a los valientes agentes del servicio secreto y a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que arriesgaron sus propias vidas».
Antes de finalizar su escrito, Melania sentenció con un mensaje de unidad: «No olvidemos que las opiniones divergentes, la política y los juegos políticos son inferiores al amor. El alba está aquí de nuevo. Reunámonos. Ahora». Este llamado a la unidad y a la reconciliación llega en un momento crucial, cuando las divisiones políticas parecen más profundas que nunca.
El propio Donald Trump admitió que su esposa quedó «tocada» tras el atentado y las acusaciones del Departamento de Justicia (DOJ). Sin embargo, algunos informes revelan que Melania estaba enfadada por el papel de su marido en el presunto pago de dinero por silencio y la relación extramatrimonial con la estrella porno Stormy Daniels. Otros afirman que, aunque apoya a su marido, prefiere mantener su distancia. Diversos medios norteamericanos especulan sobre la posibilidad de que Donald Trump, en caso de ser reelegido, podría ser el primer presidente divorciado, dado que ya se ha divorciado dos veces.
Melania Trump no fue vista junto a su marido tras el atentado. El expresidente resultó herido leve por una bala que le alcanzó la oreja, siendo evacuado del escenario con sangre en la cara, pero en aparente buen estado. La imagen de Trump con el puño en alto entre los vítores de sus seguidores podría ser la más emblemática de su campaña.
Rodeado de escoltas y tras pedir recuperar sus zapatos, Trump fue evacuado del escenario, con los agentes del servicio secreto alrededor, y en medio de gritos de «U-S-A» por parte de sus seguidores, que celebraban que se retirase por su propio pie y sin aparentes heridas graves.
Varios expertos han declarado al medio especializado en política estadounidense Axios que Melania no volverá a la Casa Blanca si su marido vuelve a ser presidente. Se especula que seguiría viviendo «a caballo entre Palm Beach y Nueva York«, donde su hijo Barron podría estudiar, concretamente en la NYU. Sin embargo, cumpliría con los protocolos necesarios, como actos ceremoniales o cenas de Estado. Kate Andersen Brower, autora de varios libros sobre las primeras damas estadounidenses, afirmó que Melania «se está distanciando aún más de su marido, de la política y de la escena social que la rodea».
La ex primera dama ha estado oficialmente «ausente sin permiso» en la campaña electoral. No asistió al juicio por soborno de su marido, ni a su rueda de prensa tras ser condenado, a pesar de estar físicamente en el mismo edificio en el que posee una vivienda.
Las declaraciones de Melania Trump tras el atentado a su esposo han puesto de relieve no solo su preocupación por la violencia política, sino también las tensiones dentro de la familia Trump. Mientras el expresidente se recupera de su herida y continúa con su campaña, el papel de Melania y su presencia en la vida pública siguen siendo objeto de especulación y debate. La llamada a la unidad de Melania es un recordatorio oportuno de la necesidad de superar las divisiones y trabajar juntos por un futuro mejor para todos los estadounidenses.