El pasado domingo, la madrileña plaza de toros de Las Ventas fue el escenario de un emotivo evento taurino en honor al célebre torero Antonio Chenel «Antoñete» que no quiso perderse Ramón García. La corrida «In memoriam» congregó a unos 23.000 espectadores, quienes agotaron todas las localidades disponibles, mostrando así el cariño y respeto hacia la figura del torero fallecido. Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en su memoria, un gesto que conmovió profundamente a los presentes.
Entre los asistentes a este homenaje se encontraban reconocidas personalidades como el torero José Ortega Cano, el tenista Feliciano López, el empresario Jaime Martínez Bordiú, y el presentador de televisión Ramón García, quien asistió acompañado de su hija mayor, Natalia. La presencia de estos rostros conocidos no solo añadió un toque de glamour al evento, sino que también subrayó la trascendencia de la figura de Antoñete en el mundo taurino y más allá.
Ramón García, conocido popularmente como «Ramontxu», está a punto de estrenar la nueva temporada del renovado programa televisivo Grand Prix. Aprovechó esta tarde taurina para disfrutar de un tiempo en familia junto a su hija Natalia, recién llegada de Estados Unidos. La joven, de 20 años, está cursando estudios de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de San Diego gracias a una beca de estudios y ha regresado a España para pasar las vacaciones de verano con su familia.
Ramón García y su hija se mostraron muy cómplices durante la corrida, aunque fieles a su habitual discreción, no hicieron declaraciones personales a la prensa. Natalia lució para la ocasión un vestido cómodo y elegante de la marca Tintoretto, de largo midi sin mangas, con cuello redondo y cierre con botones, ideal para las tardes estivales. La joven ha heredado el buen gusto y la elegancia de su madre, la periodista y colaboradora de De Viernes, Patricia Cerezo.
Natalia es la hija mayor de Ramón García y Patricia Cerezo. En 2021, la joven celebró su 18º cumpleaños con una fiesta y puesta de largo que tuvo lugar en el Antiguo Convento de Boadilla del Monte. A este evento no faltaron ni sus orgullosos padres ni un nutrido grupo de amigos y conocidos, que quisieron acompañarla en un día tan especial. A pesar de la separación de sus padres, Natalia ha contado siempre con el apoyo y la presencia de ambos en los momentos importantes de su vida.
Ramón García y Patricia Cerezo
Ramón García y Patricia, a pesar de su separación, han mantenido una excelente relación, lo cual quedó demostrado una vez más en la corrida «In memoriam». Ambos llegaron juntos y acompañados de sus hijas, demostrando que continúan siendo una familia unida. Con la mejor de sus sonrisas, posaron para la prensa congregada, dejando claro que la relación entre ellos sigue siendo inmejorable y que anteponen el bienestar de sus hijas por encima de cualquier otra consideración.
La corrida «In memoriam» no solo fue un homenaje a la memoria de Antoñete, sino también una ocasión para que figuras públicas y aficionados al mundo taurino compartieran un momento de respeto y admiración hacia el legado del torero. José Ortega Cano, quien ha compartido numerosas tardes de ruedo con Antoñete, expresó su emoción y orgullo por participar en este homenaje. Por su parte, Feliciano López y Jaime Martínez Bordiú destacaron la importancia de mantener vivas las tradiciones y la cultura taurina, a pesar de las controversias que esta pueda generar.
La jornada taurina en Las Ventas fue un reflejo de la pasión y el respeto que el toreo despierta en muchos españoles, así como un recordatorio del impacto duradero de figuras icónicas como Antonio Chenel «Antoñete». La plaza, con su lleno total, vibró al compás de los olés y los aplausos, en una tarde que quedará en el recuerdo de todos los asistentes.
La corrida «In memoriam» en Las Ventas fue mucho más que un evento taurino; fue una manifestación de admiración y respeto hacia uno de los grandes del toreo que no se quiso perder Ramón García, así como una oportunidad para reunir a personalidades de distintos ámbitos en un acto de homenaje y tradición. Con la presencia de figuras destacadas y la emotiva participación de los espectadores, la tarde se convirtió en un tributo memorable a la figura de Antoñete, cuyo legado perdurará en la historia de la tauromaquia.
