La vida de Cristina Pedroche ha cambiado por completo en el último año. La llegada de su primera hija le ha hecho dudar de todo lo que conoce y ha tenido que reinventarse para afrontar esta etapa. Aunque está disfrutando de la pequeña, también está sufriendo. Mucho más sensible por las críticas, dudando sobre los pasos que debe dar y trabajando para mejorar, la presentadora ha asumido un nuevo reto profesional.
4El dolor que arrastra Cristina Pedroche
El sentimiento de culpabilidad por la posibilidad de ser una mala madre ha perseguido a Cristina Pedroche en todo este proceso. En su libro, recuerda con especial dolor un momento en el que la pequeña se cayó al suelo: “Me sentí la peor madre del mundo por quedarme dormida. Su cuerpecito se había deslizado entre la cama y la cuna colecho. No se me quita la imagen de ella llorando, tan pequeña, en el suelo”, reconociendo que se castigó mucho en los días posteriores, lamentándose del tipo de madre que era.
A pesar de que Cristina Pedroche se había formado mucho para la llegada de su hija, se dio cuenta de que no fue suficiente y que nada te prepara suficiente para ser madre. La presentadora escribe: “Lo poquito que había construido en dos meses se fue a la mierda. Tuve que empezar de cero o de menos doscientos. Ahora, pasado el tiempo, me he construido otra vez, pero sigo notándome muy frágil. A nada que pase, me desmorono”. La joven considera que poco a poco está mejor, aunque sigue sufriendo a diario por la presión. Espera que poco a poco sus detractores desarrollen algo de empatía y relajen sus críticas.