La casa de Paloma Cuevas en la capital española se llenó de alegría y nostalgia con motivo de la celebración del 93 cumpleaños de su padre, Víctor Cuevas Roger, conocido cariñosamente como Victoriano Valencia entre sus allegados. El exmatador de toros disfrutó de un día lleno de cariño y atenciones, rodeado de sus seres queridos en una celebración que destacó tanto por su sencillez como por su emotividad.
Victoriano Valencia llegó a la residencia de su hija acompañado por su esposa en un taxi, irradiando felicidad y energía, a pesar de sus 93 años. Al llegar, no dudó en conversar con los periodistas presentes, quienes lo abordaron para felicitarlo y hacerle preguntas sobre su estado de salud y la posible boda de su hija Paloma con el famoso cantante Luis Miguel. “Con 93 años… Pues estoy bien, feliz. El mejor regalo es tener a la familia unida”, comentó con una sonrisa que reflejaba la serenidad y el gozo del momento.
Sobre las felicitaciones recibidas, Victoriano Valencia señaló que aunque su yerno, el torero Enrique Ponce, aún no había tenido oportunidad de llamarle, sí había recibido buenos deseos de Luis Miguel, quien le expresó su felicidad y le deseó muchos éxitos. El cantante mexicano, que próximamente comenzará una gira por Europa, iniciará sus conciertos en Córdoba, un gesto significativo teniendo en cuenta que Paloma Cuevas es originaria de esa ciudad.
Ante la inevitable pregunta sobre la posible boda de su hija con Luis Miguel, Victoriano Valencia respondió con serenidad: “A nosotros nos encanta la felicidad de la gente donde la encuentren”. Estas palabras fueron acompañadas por una sonrisa cómplice de su esposa Paloma, quien lucía un elegante conjunto de leopardo desde el asiento trasero del coche.
Victoriano Valencia y Ortega Cano
La celebración fue un evento íntimo pero significativo, que contó con la presencia de figuras destacadas del mundo taurino y de la sociedad española. Entre los invitados se encontraban el torero José Ortega Cano, la diseñadora Marili Coll, y la bailaora María Rosa, quienes no dudaron en asistir para acompañar a su querido amigo en esta ocasión especial. Todos ellos, vestidos con elegancia, contribuyeron a crear un ambiente cálido y acogedor.
La velada también contó con la presencia de amigos cercanos de la familia, como Margarita Vargas, Raúl González, su esposa Mamen, y la joyera Cristina Yanes. Verónica Cuevas, hermana de Paloma, expresó su alegría al llegar a la celebración: “Muy contentos y que estamos juntos en familia”. Algunos invitados, como María Rosa, llevaban los regalos a la vista, un detalle que reflejaba la informalidad y cercanía del evento.
La organización del almuerzo de cumpleaños estuvo a cargo de Paloma Cuevas, quien se esmeró en cuidar cada detalle para que la celebración fuera perfecta. Desde tempranas horas de la mañana, los preparativos no cesaron, y todo apuntaba a que sería una velada impecable, marcada por el cariño y la dedicación de una hija hacia su padre.
Víctor Cuevas Roger, conocido en el ámbito taurino como Victoriano Valencia, recordó con nostalgia sus primeros pasos en el mundo de los toros, una pasión que le fue inculcada desde joven. Su primer contacto con una becerra se produjo al terminar sus estudios de bachillerato, y su carrera profesional despegó en mayo de 1959, cuando confirmó su alternativa en Madrid, compartiendo cartel con figuras de la talla de Antonio Ordoñez y Julio Aparicio. Durante su carrera, vivió grandes momentos en Salamanca, una ciudad que además de ser cuna de arte y saber, es un bastión de la tradición taurina.
Los recuerdos de aquellas épocas gloriosas seguramente resonaron entre los asistentes, quienes pudieron apreciar la grandeza y la humildad de Victoriano Valencia, un hombre que ha sabido afrontar los altibajos de la vida con entereza y dignidad. La familia Cuevas ha demostrado ser un ejemplo de unión y fortaleza, valores que Victoriano Valencia ha sabido inculcar a lo largo de los años.
En este día especial, Victoriano Valencia celebró no solo su longevidad, sino también el amor y la unidad de su familia. La alegría compartida en esta íntima reunión familiar es un testimonio del legado de cariño y respeto que ha construido a lo largo de su vida. Sin duda, fue un día para recordar, lleno de momentos entrañables y de la compañía de aquellos que más aprecia.