La columna de Jorge Javier
Jorge Javier ha dedicado la columna de su blog a un repaso de las últimas noticias del mundo del espectáculo. Comienza diciendo que ha disfrutado mucho de Eurovisión. «Me emocioné con la actuación de Nebulossa», comienza. Y continúa: «Ahí estaba yo, anclado en mi sofá, cuando escuché al estudio cantar al unísono ‘Soy más zorra todavía’; se me llenaron los ojos de lágrimas».
A lo largo de su extenso artículo Jorge Javier Vázquez halagó la representación de España en este competencia musical, aunque confiesa que no pudo verla completa. «Luego me puse a ver ‘Mi reno de peluche’ en Netflix —porque me satura tanta actuación seguida— y conecté de nuevo para las votaciones, que me daban igual porque para mí España ya había triunfado.
Jorge Javier contra Victoria Federica
Jorge Javier dedica también un halago al pódcast de Vicky Martín Berrocal, del que dice ha visto varios episodios y que le ha gustado mucho el que tuvo como protagonista a Candela Peña. Pero la última emisión, dice, fue más difícil porque la entrevistada fue Victoria Federica. «Ahí ya lo tenía muy difícil Vicky porque es complicado salir indemne de una situación así», escribe. Sobre todo porque la entrevistadora ha cuidado las formas para no incomodar a la invitada.
«Por no incomodar a Victoria Federica la charla se va marchitando a medida que pasan los segundos porque la niña —que es como se llama a sí misma la muchacha— no tiene nada para contar». Para Jorge Javier este personaje no tiene ningún tipo de interés, básicamente porque no tiene nada interesante para contar, porque se ha creado una imagen de sí misma que está por encima de lo que ella puede ofrecer.
¿Por qué no interesa Victoria Federica?
La entrevista de Vicky Martín Berrocal en su último programa no ha tenido interés porque «es un gran error exponer a alguien como Victoria Federica», escribe Jorge Javier. «No es una mujer que salga de Operación Triunfo, que te puede hablar de la pasión que siente por la música o de la inseguridad que le provoca la profesión. Tampoco es una deportista que lucha por labrarse un futuro», continúa.
El presentador se apoya en la definición que ella hace de sí misma para decir que Victoria Federica es «una niña que quiere comerse el mundo» pero no tiene con qué. Hasta ahora sus credenciales son su interés y pasión por el rey emérito y su devoción por la tauromaquia, «dos elementos que la sociedad mira con recelo», escribe. Su fama, argumenta, no proviene de que haya personas que quieran ser como ella sino que desean pertenecer a su mundo.