El Premio Princesa de Asturias de los Deportes es un galardón de gran relevancia, no solo para la heredera al trono español, la Princesa Leonor, sino también para sus distinguidos ganadores. En esta edición, el honor recae en Carolina Marín, la jugadora onubense que ha dejado una huella imborrable en el mundo del bádminton. A medida que nos acercamos a la ceremonia de entrega en Oviedo, programada para el 25 de octubre, repasemos los detalles íntimos de la vida de esta deportista, desde sus inicios hasta su nueva faceta como creadora de contenido y su historia de amor con el atleta Gen Esteban.
Carolina Marín nació en Huelva el 15 de junio de 1993. A los tres años, su madre, Antonia Martín, una sencilla bailaora flamenca, la inscribió en clases de flamenco en la Asociación de Vecinos del barrio. Sin embargo, a los 8 años, Carolina descubrió el bádminton gracias a su amiga y vecina, Laura Sánchez, quien la animó a probar este deporte en el Polideportivo cercano a su casa.
Desde ese momento, Carolina Marín no se separó de su raqueta. Su padre la acompañaba a los partidos, y su vocación por el bádminton se consolidó desde la infancia. Participó en diversos torneos y ganó su primer trofeo a los doce años en unos juegos municipales. Pronto fichó por el Club de Huelva y, antes de cumplir quince años, ya residía en la Residencia Joaquín Blume de Madrid para deportistas de élite.
En 2014, Carolina Marín alcanzó el cuarto puesto en el ranking mundial de bádminton y se convirtió en la número uno de los torneos Super Series, destronando a la famosa Li Xuerui. Su carrera ha sido un éxito rotundo: campeona olímpica en los Juegos de Río 2016, tres veces campeona mundial, ganadora de los Juegos Europeos de Cracovia 2023 y siete veces campeona de Europa.
A pesar de sus logros, Carolina Marín sigue siendo conocida como «la niña». Uno de los momentos clave en su carrera ocurrió en septiembre de 2014, cuando la Reina Letizia la recibió en la Zarzuela tras ganar su primer título mundial. En una audiencia privada, la Reina le pidió el teléfono con la idea de que Carolina diera clases de bádminton a la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, quienes se habían convertido en fanáticas del deporte tras verla jugar.
«Quería que yo fuera a palacio para darle clases a las niñas. Eso no ha pasado, pero bueno… ya solamente con el hecho de decirme que ella quería que sus hijas jugasen al bádminton me hizo muchísima ilusión”, comentó la deportista.
Carolina Marín enamorada
Pero Carolina no solo triunfa en el deporte. En su vida personal, mantiene una sólida relación con el atleta de la Real Sociedad, Gen Esteban San Millán. Aunque han mantenido su romance con discreción, comparten momentos en las redes sociales, especialmente en Instagram, donde publican imágenes juntos.
Carolina también ha enfrentado momentos difíciles. Lesiones importantes pusieron en peligro su futuro deportivo: en enero de 2019, sufrió una rotura de ligamento cruzado durante el máster de Indonesia, lo que la obligó a parar ocho meses. Sin embargo, regresó con fuerza y se hizo con el título en el open de China. En mayo de 2021, otra rotura de ligamento cruzado, sumada a la de los meniscos interno y externo de su rodilla izquierda, no la detuvo. Se recuperó nuevamente y ganó su sexto campeonato de Europa.
Carolina Marín, la Reina del Bádminton, continúa inspirando a todos con su tenacidad, talento y pasión por el deporte. Su historia es un ejemplo de perseverancia y triunfo en el mundo del bádminton.