Después de un periodo de cambios y ajustes en su vida, Julián Contreras ha encontrado cierta estabilidad en su nueva residencia a las afueras de Córdoba. La mudanza representó un paso importante para el hijo de Carmen Ordóñez, quien buscaba un entorno más adecuado para su situación actual. La nueva residencia, con sus comodidades que incluyen una zona de relajación, una piscina y un gimnasio, parecía ofrecer el ambiente que Julián necesitaba para sentirse más cómodo y centrado.
3El motivo por el que ya no tendrá al perro
El motivo detrás de la difícil decisión de Julián Contreras de separarse de Rocky es más complejo de lo que se había entendido inicialmente. Contrario a lo que se había especulado, no se trata de una cuestión de normativa del edificio o falta de amor hacia su mascota. En realidad, la razón principal radica en las limitaciones de tiempo que enfrenta Julián para cuidar adecuadamente de Rocky.
Julián explicó que su padre enfrenta problemas de salud, lo que demanda gran parte de su atención y tiempo. Cuando no está trabajando, se dedica a cuidar de su padre o a llevar adelante su vida diaria. Esta situación deja poco espacio para atender las necesidades de Rocky, especialmente en lo que respecta a sus paseos diarios. «Mi padre no puede pasear a Rocky, es decir, si yo estoy fuera, tengo que ocuparme de que venga alguien a sacar al perro tres veces al día y de que esté con él», explicó Julián.
El compromiso de Julián con Rocky es innegable. Él no considera a su perro como un simple capricho, sino como una responsabilidad que asumió cuando lo rescató. Aunque la situación actual dificulte su capacidad para cuidar adecuadamente de Rocky, Julián está decidido a encontrar un hogar que pueda proporcionar al perro el cuidado y la atención que se merece. Su objetivo es asegurarse de que Rocky esté en un entorno donde pueda recibir el amor y los cuidados que necesita para ser feliz y saludable.