En medio de constantes rumores de un posible embarazo cuando están a punto de celebrar 10 meses de casados, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se han regalado unas mini vacaciones muy especiales en Venecia acompañados por dos de sus íntimos amigos, Luisa Bergel y Christian Flórez.
Una escapada de fin de semana en la que, además de visitar la Bienal, la famosa Feria de Arte Contemporáneo de Venecia que este año celebra su 61º edición, la pareja ha recorrido los lugares más emblemáticos y románticos de la ciudad italiana, como la Plaza de San Marcos, y han disfrutado de un paseo en góndola por el Gran Canal.
Durante su escapada a Venecia, en la que han alojado en un exclusivo apartamento a 1.500 euros la noche, también han tenido tiempo de degustar los platos más populares de la gastronomía italiana, y como compartieron a través de redes sociales, no dejaron de conocer el restaurante del lujoso Hotel Cipriani.
Sin embargo, todo lo bueno llega a su fin y Tamara e Íñigo ya han regresado a Madrid para retomar sus compromisos profesionales. Y como han hecho en sus últimos viajes -algo que muchos no entienden- han abandonado una vez más por separado el aeropuerto de Barajas, aunque en esta ocasión se han reencontrado minutos más tarde a las puertas de la terminal para regresar a casa sin lograr su objetivo de que las cámaras no les captasen juntos.
Mientras la marquesa de Griñón contrataba el servicio premium del aeropuerto -que tiene un coste de aproximadamente 300 euros- para que un coche la recogiese cerca de la pista, su marido se ahorraba este gasto y utilizaba la salida convencional de pasajeros, empujando su propio equipaje.
Con la seriedad que le caracteriza y ocultando su rostro bajo una gorra y gafas de sol, Íñigo se ha limitado a asegurar que se lo han pasado «muy bien» en su escapada romántica a Venecia, y que todo está «muy bien» en lo que a su matrimonio se refiere.
Y al abandonar la terminar cuál ha sido la sorpresa al ver que Tamara le estaba esperando con un coche con chófer para recogerle y regresar juntos a casa. De lo más sonriente, la hija de Isabel Preysler ignoró las preguntas de la prensa y evitó revelar ningún detalle de su última escapada con Íñigo.