Viajar es una de las grandes pasiones de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, y siempre que sus agendas se lo permiten se escapan de Madrid para conocer mundo. Desde que se dieron el ‘sí quiero’ hemos perdido la cuenta de la cantidad de lugares por los que han paseado su amor: Sudáfrica, Bora Bora, París, Roma, Copenhague, la Costa Amalfitana, Lituania… A los que este fin de semana han sumado uno más, Venecia.
Envueltos en rumores de embarazo que la marquesa de Griñón ha negado a su entorno más cercano, la pareja ha viajado a la ciudad italiana en compañía de dos de sus mejores amigos, Luisa Bergel y Christian Flórez, para vivir unos días tan especiales como intensos.
Y es que además de recorrer los lugares más emblemáticos de Venecia, como la Plaza de San Marcos o el Palacio Ducal, y de dar un paseo en góndola por el Gran Canal, la pandilla se ha empapado de arte visitando la Bienalle, la famosa feria de arte contemporáneo de Venecia que celebra su 61º edición.
Una escapada en la que Tamara e Íñigo han vuelto a presumir de su gusto por el lujo alojándose en unos exclusivos apartamentos situados en un edificio histórico del siglo XIX en el corazón de la ciudad italiana con un precio de 1.500 euros la noche.
Como no podía ser de otro modo teniendo en cuenta que el ingeniero es un ‘foodie’ y tiene su propio ‘club gastronómico’ con sus mejores amigos, la hija de Isabel Preysler y su marido también han aprovechado el viaje para comer en algunos de los restaurantes más famosos de Venecia, como el Hotel Cipriani, al que se accede tan solo en barco privado y donde, disfrutando de las mejores vistas de la ciudad, han degustado exquisiteces como una milanesa o diferentes tipos de postres, que Íñigo no ha dudado en compartir en redes sociales.