Recientemente los Reyes han viajado hasta Las Palmas de Gran Canaria donde Felipe VI protagonizó una imagen con niña que ya se ha hecho viral. La pequeña quiso pellizcar al soberano para asegurarse que era de carne y hueso. La imagen del momento fue compartida por Casa Real y a juzgar por la sonrisa de Felipe VI, le hizo bastante gracia la ingeniosa idea de la niña.
No es la primera vez que los niños, que no entienden de protocolo, se dejan guiar por su ingenio y protagonizan algún momento curioso y simpático con los reyes. Fue en 2021, en Mallorca, cuando un pequeño le hizo reír a carcajadas cuando le preguntó nada más verle que dónde estaba su corona. El reír, muy simpático, contestó que “eso me lo preguntan muchas veces” y se despidió del niño chocando los cinco.
Sin embargo, en otras ocasiones los pequeños no se muestran tan dispuestos y simpáticos con los Reyes. Eso fue lo que le pasó a Izan, un niño de tan solo tres años, que se negó a saludar al Rey cuando Felipe VI visitó su colegio. Posteriormente, el padre comentó que se trataba de una rabieta propia de un niño de su edad, que se había levantado con el día torcido y él no sabía quién era el Rey.
1Felipe VI y el cajón
No es la primera vez que Felipe VI se muestra tan campechano como su padre. En marzo de 2024, acudió a Cádiz al Princesa de Girona CongresFest. Cientos de personas se concentraron a las puertas del palacio de Congresos de Cádiz para poder conocer en persona al rey Felipe VI y hacerle fotos.
A la salida del acto se dio un baño de masas y se produjo una anécdota cuando el monarca estaba hablando y posando para hacerse fotos con las personas que se lo pedían, se escuchó a un hombre gritar: «¡Majestad, por favor, salude a mi madre!». Al no encontrar ninguna respuesta, el gaditano volvió a insistir: «¡Majestad, por fa, salude a mi madre!». Entonces, se produjo la reacción del rey Felipe VI, se giró y dijo: «Ahora voy», provocando las risas de los presentes.
Para sorpresa de todos, el Rey se acercó al ciudadano, que estaba grabándolo con tu teléfono móvil, y accedió a su petición después de que el hombre gaditano le volviera a decir: «¡Majestad, por fa, mándele un saludo a mi madre! Se llama Rocío». El rey Felipe VI miró sonriente a cámara y mientras hacia el gesto de saludar con la mano dijo: «Hola Rocío». Y se echó a reír ante la situación. El ciudadano, emocionado, tras conseguir su cometido le agradeció el mensaje: «Muchísimas gracias, majestad».
Fue una de las imágenes más llamativas que dejó la celebración del Congreso de la Lengua en Cádiz el pasado mes de marzo. Saltándose el protocolo, Felipe VI participó activamente en la cajoneada que se preparó en la plaza Fragela con motivo de la jornada inaugural del congreso. Sentado en uno de los cajones libres puestos en la explanada frente al Gran Teatro Falla, don Felipe pudo seguir con cierta destreza el ritmo que marcaba desde la tarima ‘El Guille’, el monitor que dirigía la improvisación y que no dudó en llamarlo «el primer Rey cajonero» viendo el compás que demostró el monarca.
Son momentos en los que Felipe VI intenta seguir los pasos de su padre al que, cariñosamente, los españoles tildaban de campechano por su facilidad de entablar relaciones con el pueblo en determinadas situaciones. Incluso se recuerdan momentos en los que rompía el protocolo como el 14 de febrero de 1986 donde el rey reunió a todos los directores de periódicos en la Zarzuela para desmentir que tuviera, como se rumoreaba, un problema de salud en los testículos. Al entrar en la sala donde estaban reunidos los periodistas, su majestad entró señalándose la bragueta y diciendo: «¿Qué pasa, que os los tengo que enseñar para que me creáis?”
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