Arranca en la Audiencia Provincial el juicio contra Rafael Amargo, el productor Eduardo de Santos y su socio Miguel Ángel Batista por presunta venta de estupefacientes en el antiguo piso del bailaor en el barrio de Malasaña, por la que fue detenido en diciembre de 2020 en el marco de la ‘operación Códax’.
El de Granada, que se enfrenta a una posible pena de 9 años de cárcel por un delito contra la salud pública, se sentará en el banquillo de los acusados los días 8, 10, 11 y 12 de abril tras su entrada en prisión el pasado noviembre por incumplir la medida cautelar impuesta por el juez de acudir a firmar cada 15 días al juzgado.
Amargo ha llegado a la Audiencia Provincial en furgón policial junto al resto de detenidos, y se ha dejado ver esposado y con gesto tranquilo y la cabeza alta en el banquillo de los acusados antes del arranque del juicio -que aunque estaba previsto para junio, se suspendió después de que su exproductor renunciase a su abogado- determinante para su futuro.
Un trance decisivo en el que ha contado con el apoyo incondicional de su mujer, Luciana Bongianino, que ha evitado hacer declaraciones a la prensa pero sí ha dejado claro que confía en la inocencia de su marido luciendo una cazadora con una curiosa inscripción en la espalda: «Amargo is innocent».
Su abogado, Marcos García Montes, ha pedido a su llegada a los juzgados que se respete la «presunción de inocencia» de Amargo, adelantando que «vamos a pedir la nulidad de las intervenciones y de los registros» por los que la Fiscalía sostiene su acusación de un delito de tráfico de drogas contra el bailarín, al que incautaron una cantidad de sustancia Popper con un valor en el mercado de 314,19 euros.
Como ha explicado el penalista, aportará pruebas para demostrar que el bailaor «tenía problemas de dependencias» y estaba afectado por un «consumo severo» de drogas, por el que actualmente está siendo tratado como drogodependiente en el Centro penitenciario de Soto del Real donde está en prisión provisional desde hace 5 meses.
«Ahora está perfectamente bien, muy tranquilo» ha añadido, confirmando que pedirá al juez que tanto Rafael como el resto de acusados testifiquen en último lugar «para poder contrarrestar o matizar» lo que digan los testigos en las 4 sesiones previstas de juicio.
«La verdad es que esperaba estar en libertad provisional. Fue muy confuso todo aquello de la no presentación de él, etcétera, etcétera, pero, bueno, hay que mirar para el futuro y yo creo que el asunto va a ir bien» ha concluido García Montes, confiado en poder demostrar la inocencia de Amargo.