La Casa Real ve crecer a sus retoños
La infanta Elena afronta uno de los momentos cruciales de su vida. Después de haber criado a sus hijos Froilán y Victoria Federica, se encuentra apartada de los suyos y el cambio de roles no le está sentando muy bien. Pese a todo, recibe el apoyo de la reina Letizia a quien también está empezando a tocarle vivir el ‘síndrome del nido vacío’.
Tras la marcha de Leonor a la Academia Militar de Zaragoza y de Sofía a la universidad UWC Atlantic College de Gales, la reina Letizia comienza a vivir esa etapa en la vida de las madres en las que experimentan un cambio de roles debidos a la finalización del cuidado de sus hijos. La realidad de Letizia comienza a parecerse a la de su cuñada Elena.
La infanta Elena y el síndrome del ‘nido vacío’
Después de su matrimonio fallido con Jaime de Marichalar y de los rifirafes con otros integrantes de la familia, la infanta Elena vive una nueva etapa en su vida. La primogénita del anterior monarca de España, Juan Carlos I, exprime su tiempo en compañía de su padre siempre que puede y disfrutando de una etapa de libertad.
La infanta Elena ha tenido que dejar volar a sus polluelos del nido, quienes han escogido caminos bien diferentes. Froilán se ha mudado a Abu Dabi donde ha entrado a trabajar de júnior en la petrolera Abu Dhabi National Oil Company, mientras que su hija Victoria se ha convertido en una influencer que acumula más de 270.000 seguidores en su cuenta de Instagram.
Elena cada vez más cerca de Letizia
La infanta puede presumir también de estar pasando por una buena relación con sus suyos. El paso de los años le ha permitido cierto sosiego y ha colaborado con el surgimiento de un mayor entendimiento entre los miembros de la familia.
En el aniversario del fallecimiento de Constantino de Grecia, tío de la infanta, hubo una reunión familiar en la misa conmemorativa a la que asistieron su hermana Cristina, Juan Urdangarin y los actuales monarcas, Felipe VI y Letizia. Aunque no quedaron registros de interacción entre Letizia y ella las buenas lenguas hablan de un momento de buenas relaciones entre ambas.