El pasado martes 27 de febrero, se produjo un encuentro histórico en la ciudad de Londres que reunió a tres familias de la realeza europea: los Borbones, los Windsor y la familia griega. El motivo de esta reunión fue la asistencia de Sus Majestades el Rey Felipe VI y la Reina Letizia a la misa funeral en memoria de Constantino, celebrada en la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor. Así se ha dado un acercamiento histórico entre Juan Carlos y Felipe. ¿Lo mejor? Que Letizia ha sido testigo y en Cotilleo.es lo sabemos todo.
Un acontecimiento histórico
El servicio religioso, que comenzó a las 11:00 de la mañana hora local (12:00 horas en España), marcó un momento significativo de reencuentro entre los miembros de la realeza española, incluyendo a los Reyes eméritos, Juan Carlos I y Sofía. La presencia de Felipe y Letizia en el evento permitió un acercamiento con sus predecesores, generando un momento de gran interés y expectación tanto para los medios como para el público en general.
La fotografía del día se produjo a la salida del servicio de Acción de Gracias, donde se pudo ver a Don Juan Carlos, con su característico bastón en la mano derecha, apoyándose en el brazo de su hijo, Felipe VI. A pocos pasos de ellos se encontraba la Reina Letizia, observando la escena con atención. Este encuentro entre padre e hijo, tan esperado y debatido, finalmente se materializó frente a las cámaras y ante la atenta mirada del mundo entero.
Dentro de la capilla, también se observaron gestos de cercanía y complicidad entre los miembros de la familia real española, destacando la unidad y el respeto mutuo que caracteriza a la institución. La imagen de los dos reyes juntos, tanto dentro como fuera de la iglesia, reflejó un momento de trascendencia histórica y simbolizó la continuidad y estabilidad de la monarquía española.
El encuentro en la capilla de San Jorge no solo fue un acto de homenaje y respeto hacia Constantino, sino también un momento para fortalecer los lazos familiares y reafirmar el compromiso con los valores y tradiciones que representan las casas reales europeas. La presencia de los Reyes de España en este evento internacional subrayó su papel como representantes de una monarquía moderna y comprometida con su país y su historia.
La entrada triunfal de los reyes de España
Felipe VI y Letizia hicieron su entrada en la capilla de San Jorge antes de las 12:00, en un momento meticulosamente planificado para evitar coincidir con los Reyes eméritos. Aunque no se produjo el esperado saludo conjunto a la llegada, sí se pudo ver a los miembros de la realeza compartiendo asientos en el interior de la capilla.
Durante el servicio religioso, Don Felipe y Doña Letizia fueron ubicados junto a Don Juan Carlos, quien ocupó su lugar junto a la princesa Benedicta de Dinamarca, hermana de Ana María de Grecia. Mientras tanto, Doña Sofía, acompañada de su hermana Irene, estuvo sentada con su familia griega en el primer banco de la capilla.
Esta disposición en los asientos reflejó la cercanía y el respeto entre los miembros de la familia real española y la familia griega, así como la coordinación cuidadosa de los protocolos durante el evento. A pesar de no haberse dado un saludo público conjunto, la presencia conjunta de los miembros de ambas generaciones de la realeza española en el interior de la capilla transmitió un mensaje de unidad y cohesión en un momento de recuerdo y homenaje hacia Constantino.
Tras su llegada a la capilla de San Jorge, Don Felipe y Doña Letizia intercambiaron saludos con Doña Sofía, su hermana Irene y el resto de la familia. Posteriormente, se dirigieron a ocupar su lugar en la tercera fila, junto al Rey emérito. Doña Sofía, por su parte, lució un conjunto elegante combinando pantalón negro con un abrigo azul, mostrando su sobrio y distinguido estilo habitual en eventos de esta índole. La presencia de la familia real española en este funeral realzó la importancia del evento y la unidad de la realeza en momentos de recogimiento y conmemoración.
Carlos III, el gran ausente
La presencia de la reina Camilla en representación de la familia Windsor añadió un toque distintivo al evento. Luciendo un impecable atuendo azul marino con un estampado de raya diplomática, la consorte real complementó su elegante vestimenta con un sombrero de ala ancha adornado con una pluma, así como unos guantes que llevó durante toda la ceremonia. A su llegada al Castillo de Windsor, fue recibida por el dean de Windsor, el reverendo Christopher Cocksworth, quien la recibió con cordialidad junto al lujoso vehículo Rolls Royce de la Casa Real.
Acompañando a la reina Camilla, se encontraban la princesa Ana y su esposo, Sir Tim Laurence. La seriedad del momento se reflejaba en la expresión de la Reina, mientras que la princesa Ana y su esposo ocupaban su banco frente a Sarah, hermana de la reina Camilla. La presencia de la realeza británica en el funeral de Constantino resaltó la importancia del evento y la solidaridad entre las diferentes familias reales en momentos de duelo y conmemoración.