La guerra llegó a su punto más alto cuando Gabriela y Jacobo se vieron las caras en el plató de ‘De viernes’ tras todas las acusaciones que se habían cruzado por el reparto de la herencia de su padre, el recordado Jaime Ostos.
La hija del torero sigue manteniendo que hay determinadas cosas que se han quedado Jacobo y su madre, Mari Ángeles Grajal, que no les correspondían y que se tenían que haber repartido entre todos los herederos… pero sin embargo, la negativa de su hermano y de la madre de ésta ha hecho estallar los cimientos de toda la familia.
Este viernes nos hemos encontrado con Gabriela en unos premios taurinos que se han celebrado en Sevilla y nos ha confesado que «todo está muy bien» y que «todo va» con tiene que ir con su hermano Jacobo y la doctora, pero ha dejado claro que «no tengo nada que perdonar, cada una sabe lo que tiene que hacer».
Además, la hija del torero ha desvelado que «quien perdona olvida, yo olvido las cosas malas», pero no con eso quiere decir que haya enterrado el hacha de guerra con ellos y que les haya perdonado que se hayan comportado así con ella y su familia: «No lo sé, a veremos».
Parece que Gabriela ha pasado página y no quiere saber nada más de padre e hijo después de que la trataran mal cuando fue a su domicilio para recoger algunas pertenencias de su padre, tal y como ella misma ha contado tantas veces. De esta manera, Gabriela zanja de una vez la polémica con ellos y continua con su vida por separado.