Penélope Cruz vuelve a España para presentar su último trabajo, la película ‘Ferrari’ basada en la vida de Enzo Ferrari y en la que comparte protagonismo con Adam Driver a las órdenes de Michael Mann.
Feliz por la trayectoria profesional que tiene a su espalda y que le ha ayudado a conocer a gente que nunca se hubiera imaginado y a conocer lugares impresionantes, Penélope reconoce cuál fue el viaje que le cambió la vida: «Fui a trabajar a las casas de María Teresa de Calcuta, todas las mañanas la veía a ella. Si hay un viaje que a mí me cambió la vida, fue ese».
Completamente entregada a la interpretación y a cada uno de los personajes a los que le da vida, Penélope reconoce que cada papel requiere una dedicación absoluta, tanto que confiesa: «Muchas veces en los restaurantes no me centro porque estoy espiando a la gente a mi alrededor, me imagino cada cosa que si ellos supiesen lo que estoy pensando… si eres actor es el día a día, todo es un estudio constante del comportamiento humano, es un pozo sin fondo». Muy exigente con su trabajo, Penélope asegura que es muy dura consigo misma cuando visiona sus trabajos ya que siempre piensa que podría haberlo hecho mejor.
Recordando el momento en el que decidió que quería dedicar su vida a la interpretación, Penélope asegura que la película ‘Átame’ de Pedro Almodóvar supuso un antes y un después en su vida: «Me colé para ver ‘Átame’, mentí sobre la edad que tenía, ese día tomé la decisión de intentarlo, busqué una agente y ahí empezó todo». Además, reconoce que muchas veces sus hijos tienen que ‘sufrir’ el duro trabajo que supone preparar un personaje en cuanto a los diferentes acentos e idiomas o largas horas de estudio se refiere: «Estoy más nerviosa que cuando vengo sola, han venido a acompañarme».
Confesando una de sus grandes fobias que le hicieron plantearse su último papel en ‘Ferrari’, la actriz recuerda una anécdota de su vida que le marcó para siempre: «Tengo mucho miedo a la velocidad, a mi hermana Mónica le pillo un coche cuando yo tenía 7 años y es un trauma bastante fuerte. Yo no era consciente de que eso iba a ser un trauma para mí, yo la vi perder el conocimiento y me dijeron tú al cole».
Como ya sucedió en su última visita al programa, Penélope mostró su lado más humano y solidario animando a los espectadores a aportar su granito de arena en la investigación contra la ELA que se lleva a cabo en el Hospital Vall’d Hebron de Barcelona. Emocionada y sin poder contener las lágrimas, la actriz recibió un mensaje muy especial de Jordi Sabaté Pons, un activista con esta enfermedad con el que la actriz lleva en contacto unos meses: «No me quito de la cabeza a este hombre, él es un ejemplo de valentía como pocos he visto. No sabía que teníais ese mensaje».