Dos años después de la muerte de Jaime Ostos, la guerra abierta que mantienen su viuda Mari Ángeles Grajal y su hijo menor, Jacobo, contra sus hijos mayores, Jaime Jr. y Gabriela Ostos -fruto del matrimonio del torero con Consuelo Alcalá- está en su peor momento.
Las informaciones y el cruce de acusaciones no dejan de sucederse; y mientras Gabriela continúa reclamando en los platós ciertos objetos personales de su padre que su viuda se ha negado a entregarles a ella y a su hermano -como un cuadro de Ruzafa o un capote de paseo del diestro- han surgido unos rumores que apuntan a que Jaime Ostos nunca dejó de estar enamorado de su exmujer, Consuelo, con la que protagonizó durísimos enfrentamientos mediáticos en vida.
Completamente ajena a estas especulaciones que ponen en duda los sentimientos del torero hacia ella, Mari Ángeles Grajal ha decidido poner tierra de por medio y regalarse un fin de semana en El Rocío con su pareja desde la pasada Feria de Abril, José Gandía.
Demostrando que el empresario se ha convertido en uno de sus mejores apoyos, y que la distancia no es impedimento para que su historia de amor funcione a la perfección, la doctora llegaba el pasado viernes a la estación del AVE de Sevilla, donde la recogía su novio para disfrutar de unos días alejada de las polémicas familiares.
Muy seria, Grajal ha zanjado los rumores de que Jaime estaba enamorado de Consuelo Alcalá, un tema del que ha dejado claro que no quiere saber absolutamente nada: «No voy a contestar, no voy a decirte nada».
Más relajada hemos visto a la neumóloga en El Rocío, donde inseparable de José Gandía se ha olvidado de la guerra familiar comiendo, bebiendo y charlando con amigos de lo más relajada.