Rappel ha sido uno de los rostros conocidos que se han acercado en el día de hoy al tanatorio de Valencia para despedir por última vez a Paco Arévalo. Muy emocionado, atendía a los medios de comunicación asegurando que hoy «es un día muy triste porque era una persona muy especial».
Siempre muy atento con la prensa, Rappel recordaba que «hemos pasado momentos muy divertidos porque con él no había penas, como era para el público, así era para los amigos y la familia» y le defendía como un hombre «muy divertido, con un sentido del humor envidiable, muy positivo».
El vidente comentaba que, dentro de lo malo «ha tenido una muerte dulce» porque «no se ha enterado, se acostó… estaba un poquito acatarrado, no quería que fuese el médico y ha pasado al más allá en su cama durmiendo».
Rappel ha querido tener unas palabras de cariño a la hija del humorista, Nuria porque es «la que me da mucha pena y pensar» ya que «todos los niños sienten la muerte de su padre, pero esta niña es especial, es una niña muy lista para muchas cosas… y yo ahora hablando con ella le decía que iba a sentir a papá muy de cerca y ella me decía ‘sí, en el cielo, pero no le veo’… tenían una relación muy especial».
Sin poder contener las lágrimas, Rappel recalcaba que Arévalo era un ser que se merecía lo mejor: «La gente buena tiene que tener un premio y este hombre se merece un sitio especial, rodeado de gente que le quieran y que le hagan feliz, era muy buena persona».