Fran Rivera ha ofrecido una entrevista demoledora para ‘¡De viernes!‘ y sus declaraciones han provocado un huracán mediático que se va a alargar en el tiempo porque nunca había hablado públicamente con tanta sinceridad sobre su familia. Desde sus relación con sus hermanos -pasando por el rencor que guarda a Isabel Pantoja– hasta su divorcio con Eugenia Martínez de Irujo… no se ha dejado nada en el tintero.
En cuanto a la tonadillera, Fran ha confesado que «no nos trataba de la misma manera» cuando su padre estaba delante que cuando no. De hecho, fue él mismo quien decidió no seguir yendo a Cantora para ver a su hermano Kiko cuando falleció su padre porque «no estaba a gusto», no porque su madre se lo prohibiese.
El torero tiene claro que la artista «ha estado utilizando a mi padre, lo que ha hecho siempre, y además ha tratado fatal a sus hijos» y que, además, «ella sabía que estaba haciendo daño a esos niños. Yo tenía doce, trece y catorce años».
Un odio el de Isabel que piensa que ha sido porque mi padre se murió enamorado de mi madre» y que lo demostraba con esos comportamientos «para castigar a mi madre, ella castiga a sus hijos». Fran aseguraba que «no creo en el karma, pero creo en Dios» y no querría estar en su pellejo «el día que se muera, se encuentre a mi padre para pedirle explicaciones».
Sobre la relación con sus hermanos, el diestro fue muy sincero: «Con Julián y Kiko no hablo. Ya uno se cansa de intentarlo e intentarlo. Tenemos educaciones distintas… que cada uno se busque la vida», aunque no cierra la puerta a una reconciliación: «El tiempo pone a cada uno en su sitio, pero no te puedo decir que no les volvería a hablar».
Con Cayetano la relación es distinta, «a veces me llevo mejor, otras peor, pero lo llevamos para adelante» ya que «queremos que los primos se vean y tenemos más cosas en común. No somos Caín y Abel, pero tampoco los hermanos Marx».
Julián Contreras fue el más perjudicado, ya que Fran confesó que «me pidió dinero, le dije que no podía y desapareció» y a partir de entonces «fue a la tele a despellejarme», por eso a las únicas personas que considera familia «son mi mujer, mis hijos y mis amigos. Son más familia mis amigos que mis hermanos».
Por último, el hijo de Carmen Ordóñez habló sobre su complicado divorcio con Eugenia Martínez de Irujo… desvelando que cuando se casaron «no estábamos preparados y ninguno estábamos enamorados, realmente».
Tanto es así que «mi madre me dijo ‘Fran, yo creo que esto ha sido una equivocación, creo que esto te va a dar más problemas que alegrías, creo que esto no va a ir a ningún lado y lo que te vengo a pedir es que ahora mismo cojas un avión y te quites del medio quince días, no te cases‘» un día antes de la boda. Eso sí, considera que «lo más bonito fue Cayetana, compensa todo. Pero la separación fue terrible».
En cuanto a su divorcio con la hija de la Duquesa de Alba, aseguró que «inocente no soy, pero culpable 100% único el tiempo me ha dicho que tampoco» y que «no le tengo rencor a Eugenia, pero como se porto después no estuvo bien y yo sufrí mucho y Cayetana sufrió mucho».
De hecho, recordó que «cuando yo pedí la custodia compartida, yo en ningún momento dije que Eugenia fuera mala madre», pero sin embargo «a mi siempre se me despellejo como padre, y Eugenia dio pie a eso».
Unos duros momentos en los que el torero «entré en depresión, fui al psicólogo-psiquiatra y me dijo ‘no te medico porque tienes que torear, pero estás de libro'». Fue entonces cuando «yo me agarré a mi hija y a mi profesión» para salir adelante. Fran relató que esos dos años fueron «terribles que no quiero ni recordar» porque «la prensa conmigo se ha pasado mucho sin saber nada de mi. El hecho de hacer daño a cambio de dinero».