Juan Ortega, el conocido torero, se iba a casar con su novia después de catorce años de relación, Carmen Otte. Una celebración que llevaban tiempo planeando a la que llegaron a entrar en la iglesia de Jereéz de la Frontera 500 personas que esperaban celebrar junto al futuro matrimonio su enlace matrimonial. Pero a penas media hora antes de que comenzara la boda, Juan Ortega tomaba la drástica decisión de anular la boda.
Un inesperado giro de los acontecimientos que nadie de los presentes, las familias o la propia novia podían verse venir. Y es que, aún menos después de que el día anterior celebrasen una pre boda en la que se vio a los futuros novios muy cercanos y cariñosos. Unos gestos entre el torero y su futura mujer, que nadie esperaba que al día siguiente Juan Ortega estuviera dudoso de su decisión de pasar por el altar junto a Carmen Otte.
Así llegó el día de la boda y Juan ortega media hora antes de que tuviera lugar la esperada boda, él decidía transmitirle a la novia y a su familia la noticia de que quería cancelar la boda y de que no se iba a presentar en la iglesia. Una decisión que por lo que se ha conocido Juan ortega estuvo meditando mucho rato y que incluso habló por teléfono con el cura que les iba a casar, debido a que es un amigo de la familia. Y se dice que fue el cura quién le recomendó cancelar la boda si no estaba seguro.
Así la familia de Carmen Otte fue quien se encargó de avisar a los asistentes que ya se encontraban en la iglesia de que se había cancelado la boda. Y los invitados al ver que no se celebraba el enlace se fueron a los bares cercanos. Mientras esto sucedía Juan Ortega decidía coger su coche y volver a su Sevilla natal, y ha querido resguardarse allí y no ha querido hablar con nadie hasta que haya pasado un tiempo.
Juan Ortega y las dudas que le asaltaron en el último momento
Juan Ortega, torero, y Carmen Otte, cardióloga, llevaban siete años de relación, en la que decidieron casarse aunque ahora las dudas de que el torero quisiera casarse ya llevaban un tiempo sobre la mesa. Y es que, como se ha conocido el torero no se habría involucrado mucho en los preparativos de la boda y este hecho le habría molestado mucho a su futura mujer. E incluso, se ha dicho que en alguna ocasión el habría confesado que quería esperar un poco más de tiempo para casarse
Ahora Carmen Otte, como se ha conocido desde que conoció la noticia se habría encerrado en su casa y no para de llorar de manera desconsolada. Mientras tanto los preparativos de la boda se han ido repartiendo. Es decir, el gran banquete para 500 personas que ya estaba preparado lo habrían usado para otro evento que tenía lugar el mismo día.
E incluso, la familia de la novia estaría reclamando a Juan Ortega que ahora después de cancelar la boda sea él quien pague todos los preparativos de la boda, una cifra que asciende a los 80.000 euros. Mientras tanto, el círculo cercano de la joven le habrían recomendado irse de viaje con sus amigas, para olvidarse de esta historia y salir de su casa, debido a que no ha dejado de llorar.
Una decisión que nadie se podría esperar de Juan Ortega, debido a que como la gente más cercana a confesado el torero es una persona «muy íntegra», aunque no se entiende que el torero haya decidido tomar esta decisión de cancelar la boda media hora antes de que tuviera lugar.
Juan Ortega y la discusión con el padre de la novia que lo cambió todo
Mucho se ha especulado sobre si en la decisión que Juan ortega tomó en el último momento fue porque había una tercera persona involucrada y que hubiese hecho que el torero tomase una decisión tan precipitada. Pero la realidad, es que, la tercera persona que ha podido provocar esta decisión es ni más ni menos que el padre de la novia.
Y es que, por lo que se ha dicho Juan Ortega tuvieron una discusión que lo habría cambiado todo. De manera que el padre echó en cara al torero que hubiera tardado tanto tiempo en pedirle matrimonio a su hija, además el padre de esta añadía que el motivo de que hubiera tardado era debido a que «no debía querer tanto a su hija».
Así, lo que más se sospecha es que ciertas actitudes de la familia de la joven no le habrían gustado nada al torero debido a que se habrían querido involucrar de más en la relación de ambos y que esta última discusión era lo que habría hecho que el torero se pensara dos veces si pasar por el altar o no.