A punto de cumplirse una semana de la cumbre de los Borbón en el Palacio Real de El Pardo para celebrar el 18º cumpleaños de la Princesa Leonor, la Infanta Cristina ha reaparecido en un acto muy especial. Patrona vitalicia de la Fundación Gala-Salvador Dalí, la hermana del Rey Felipe VI ha presidido en Figueres, Girona, la inauguración institucional de la exposición ‘Dalí. El Crist de Portlligat’, que permite ver por primera vez en España desde 1952 una de las obras más destacadas del genial pintor catalán, ‘El Cristo de San Juan de la Cruz’.
Una reaparición en la que la hija del Rey Juan Carlos ha destacado no solo por su elegancia -con total look negro y broche de Dalí de su madre, la Reina Sofía- sino también por su sonrisa, fiel reflejo del buen momento que atraviesa a pesar de sus dificultades para llegar a un acuerdo de divorcio con Iñaki Urdangarín.
Aunque en un primer momento se aseguró que habían alcanzado un pacto satisfactorio para ambas partes y se dijo que sería este mes cuando firmarían ante notario, según ‘Lecturas’ Doña Cristina se ha echado atrás y ha paralizado su divorcio del ex jugador de balonmano.
El motivo no tendría nada que ver con las pretensiones económicas del vitoriano, sino con la negativa de la hermana del Rey a que Iñaki se case con Ainhoa Armentia y a que la nueva pareja de su exmarido conozca a sus hijos.
Sin embargo, y a pesar de su sonrisa, Doña Cristina no ha podido disimular su nerviosismo durante parte del acto y han sido numerosas las ocasiones en las que las cámaras de Europa Press la han sorpendido jugueteando con sus anillos, entre los que todavía se encuentra su alianza de casada, que se tocó repetidamente como asegurándose de que todavía la lleva puesta.