Hace tres meses que Tamara Falcó se casó con Íñigo Onieva y este suceso marcó un antes y un después en su hasta entonces impecable trayectoria mediática. La hija de Isabel Preysler estuvo demasiado tiempo en el foco de la noticia y la prensa seguía sus pasos de cerca, así que a nadie le extrañó que todos sus secretos terminaran viendo la luz. Justo después de la infidelidad que cometió su actual marido se marchó a México para participar en el Congreso de las Familias y dio unas declaraciones que muchos consideraron ofensivas.
4Isabel Preysler toma partido
>Isabel Preysler ha desvelado que no había saludado a Boris porque «no lo había visto». Algo que ahora el comunicador puntualiza, revelando feliz que tras la exposición -durante la cena privada que tuvo lugar en la casa de Jimena Blázquez- sí se produjo el ansiado reencuentro: «Con Tamara hemos estado intercambiando mensajes desde que nos encontramos en el desfile de Pedro del Hierro, estamos normalizando la situación y nos estamos convirtiendo en una muy buena noticia. Y este lunes me acerqué a saludar primero a Íñigo, luego a Tamara y también le di dos besos a Isabel» ha contado con una sonrisa, dejando claro que a pesar de que las cosas no sean como antes su comunicación con la socialité «va a existir siempre».
«Yo creo que todavía tenemos que conversar, pero fue un saludo muy bonito, de verdad, no solo de educación. No me lo esperaba. De repente cuando estábamos allí Isabel apartó el plato de la cena y extendió los brazos y yo estaba tan nervioso que me tropecé y casi me caigo. Isabel ofreció un beso y no me lo esperaba» reconoce emocionado, asegurando que aunque sobran las palabras con reencuentros así, «tenemos que hablar y estoy dispuesto».
«Este proceso ha sido de condenado para mí y odioso para mí todo el año, que hemos estado sin poder hablar con normalidad, todo esto que estamos pasando ahora es muy edificante, muy emocionante, aunque todavía tenemos que normalizar las cosas» concluye.