Continua abierta la guerra jurídica y mediática protagonizada por Javier Ungría y Elena Tablada. Lejos de llegar a un acuerdo por el bien e la hija que tienen en común, la pareja ha decidido llegar hasta el final para conseguir sus respectivos propósitos.
Ante las últimas informaciones sobre una pruebas médicas que Elena habría pedido a su ex pareja y que habrían salido desfavorables para él, Javier habla alto y claro.»Yo creo que cuando formas partes de un procedimiento judicial es un mal momento para hablar con tus amiguitos de la desinformación. Tú puedes dar una información que sea incorrecta, falsa, sesgada… creo que es una falta de respeto grande no por mí y mi familia que eso ya estamos más que acostumbrados, pero por una niña de tres años y medio que no tiene por qué escuchar y leer estas cosas en el futuro» nos dejaba claro el empresario sobre estas supuestas pruebas médicas.
Centrado en el trabajo y en sus proyectos personales, Javier nos ha dejado claro cuál es su propósito en este enfrentamiento con la madre de su hija: «Custodia compartida, no pretendo separa a mi hija de su madre». Ante si esto supondría una separación de la pequeña de su hermana Ella, hija que Elena tuvo con David Bisbal, Javier sentencia: «Yo soy hijo de padres separados y he vivido con mis hermanos, está todo bien, no pasa nada».
En medio de constantes rumores de crisis económica en casa de Elena, Javier reconoce que si su ex mujer quisiera trabajar, podría hacerlo sin ningún problema: «Yo no sé sus cuentas pero seguro que lo encuentra. Todo el mundo que quiere trabajar trabajar».
En medio de un continuo ir y venir de informaciones que no dejan en buen lugar al empresario, Javier lamenta que en un futuro su hija tenga que leer todo lo que se está publicando de su padre: «Lo siento mi por mi hija. La pobre tendrá que escuchar unas cosas cuando crezca que no debería».