Durante los 90, el noviazgo de Mar Flores (54 años) con Fernando Fernández Tapias fue una de las más seguidas por la prensa del corazón. Su polémica relación sustentó el corazón de aquellos años de hombres con puro en boca y mujeres con mucho ‘brilli brilli’. Hoy, casi 30 años después, vuelven a ser actualidad. Él ha fallecido a los 84 años y ella se queda con la gran pena de no haberse podido darle el último adiós a ‘Fefé’.
El pésame envenenado de Mar Flores
Es la primera vez que la ex modelo se pronuncia públicamente tras la polémica de hace unos meses de su hijo mayor, Carlo Costanzia, condenado por presunto delito de estafa. Flores se ha pronunciado porque Tapias se lo merecía, debido a todo el amor y afecto que le seguía teniendo. La celebrity ha afirmado en un mensaje de texto enviado a una periodista que “Fernando y yo hemos sido personas muy importantes el uno con el otro. Tras mi separación de Javier, habíamos recuperado la amistad. Pero hará año y medio nos cortaron la comunicación”.
La madre de Carlo Costanzia lanza así un pésame lleno de indirectas que, sin decir nombres, parecen señalar a una sola persona: Nuria González, la reciente viuda de Fernández Tapias.
El mensaje, publicado en ‘Espejo Público’, continua de la siguiente forma: “Él era inteligente, divertido y cariñoso con la gente que quería. Mando un beso muy fuerte a sus hijos mayores, con los que tuve una relación más estrecha”, pero no se acuerda de mentar si quiera a la mujer que fue su esposa durante los últimos veinte años.
Además, como la comunicación entre ellos “se había cortado”; Mar Flores no ha sido consciente en ningún momento del posible empeoramiento de la salud de empresario ni darle el último adiós; algo que, confiesa, la ha dejado “muy afectada”.
Mar Flores y Fernando Fernández Tapias: así fue su idilio
Mar Flores y Fernando Fernández Tapias se habían conocido durante los 90, y parece que la ilusión, aunque pasajera, surgió como fuerza y mucha pasión. Él acaba de terminar un largo matrimonio, y ella estaba en un momento vital similar. Su relación con Carlo, el padre de su hijo actor, había durado solamente dos años y no le importaba enamorarse de nuevo. Y lo hizo. Lo hicieron.
Fueron, como la misma ex modelo señala, “importantes” el uno para el otro en un momento complicado de sus vidas; en el que necesitaban cariño tras sus respectivos divorcios. Tan solo duraron un año, pero fue más que suficiente. Pero, cuando parecían estar encantados de haberse conocido, pasó lo que inesperado. El escándalo de la época:
Interviú publicaba en portada unas instantáneas de Mar Flores con el Conde Lequio en la cama. Para la modelo, aquello además de ser una cruel traición también fue el detonante por el que se iba a pique la nueva vida que estaba edificando junto a Fernando Fernández Tapias. Y es que después de aquello, su relación con el empresario acabó estrepitosamente. Se sentía humillado, vilipendiado y el ‘hazme reír’ de todo un país.
Y unos románticos como ellos, que parecían no entender la vida sin tener una pareja a su lado, no tardaron en encontrar de nuevo a alguien. Ella comenzaría un romance con Cayetano Martínez Irujo y él con una amiga de Mar, Nuria González, que acabaría siendo su tercera y última esposa.
Hay que reseñar que ambas tenían un perfil similar. Se movían por los mismos entornos, y, al final, tanto se veían por aquel entonces, que terminaron siendo amigas íntimas. Las dos eran modelos, estilosas y las firmas más importantes del país querían trabajar con ellas. Todo bien. Además, fuera del trabajo también quedaban y así, un día cualquiera, Flores le presentó a Nuria González a su último amor. «Él es Fefé, esta es mi amiga Nuria». Lo que Mar no sabía en ese preciso instante es que estaba sentando las primeras piedras de uno de los matrimonios más prósperos de las últimas décadas.
Cuando Mar Flores salió de la vida del exitoso empresario, este recordó rápidamente a aquella tal Nuria González que había conocido tiempo atrás y le ofreció pasar una tarde en los toros a su lado. Aquel primer encuentro ya premeditado en 1998 fue solo uno de muchos que vendrían después para, en 2002, darse el ‘Sí, quiero’.
Ayer, día del fallecimiento de Fernando Fernández Tapias, Mar Flores no se acuerda de la hace años fue una gran amiga. No le envía su pésame televisado y recalca, como si quisiera señalar a una especie de ‘mano negra’, que le «cortaron la comunicación» y le impidieron ese último adiós. Ahora, sin mentarla, acaba haciéndola protagonista.