A pocas semanas de mudarse al ático que adquirió en 2020 a pocos metros de la casa de Isabel Preysler en la exclusiva urbanización Puerta de Hierro, Tamara Falcó ultima los detalles del que será su hogar con Íñigo Onieva.
Un luminoso piso de aproximadamente 180 metros cuadrados distribuidos en un gran salón, cocina, cuatro dormitorios y tres baños –que cuenta con una gran terraza y piscina privada entre otras comodidades- y que a pesar de ser nueva construcción, la marquesa de Griñón ha reformado para que esté completamente a su gusto, logrando un espacio diáfano, minimalista, acogedor y elegate para comenzar su nueva vida de casada.
Una profunda remodelación obra de la prestigiosa interiorista Beatriz Silveira que encara ya la recta final, en la que la socialité ha introducido unos elementos de lo más efectivos para proteger su intimidad y blindarse de miradas indiscretas. Unos frondosos setos que presidirán la terraza del ático y que, además de su función decorativa -y de lo más ecológica- evitarán que tanto los paparazzi como el resto de los mortales puedan ver lo que Tamara e Íñigo hacen en casa.
Después de que el portal ‘Vanitatis’ haya adelantado la medida que ha tomado la marquesa para proteger su privacidad, esta misma mañana las cámaras de Europa Press han grabado como una grúa subía hasta la nueva residencia de los marqueses de Griñón varios arbustos que, sin duda, completarán la imponente vegetación con la que la pareja decorará los balcones de su hogar.