El nombre Iglesias, un apellido que ha brillado en el mundo de la música, se encuentra hoy en la palestra, pero esta vez no por razones artísticas.
El hermano del célebre cantante español Julio Iglesias, Carlos Iglesias de la Cueva, está enfrentando acusaciones de defraudar presuntamente la asombrosa cifra de 19 millones de euros a la Hacienda española en el ejercicio fiscal de 2001.
Carlos Iglesias se presentará en la Audiencia Provincial de Madrid el próximo martes para responder a estas acusaciones, las cuales podrían resultar en una sentencia de 4 años de prisión y una multa de más de 98 millones de euros. Este escándalo ha dejado a la familia Iglesias en el centro de la atención mediática, con consecuencias potencialmente devastadoras tanto para Carlos como para Julio.
CARLOS IGLESIAS Y UNA OPERACIÓN FISCAL CUESTIONABLE
El proceso legal que involucra a Carlos Iglesias comenzó con la venta de varios terrenos en Madrid en 2001. La Fiscalía alega que Carlos no incluyó estas ganancias en el Impuesto de Sociedades, argumentando que tenía su residencia fiscal en Panamá en ese momento. La entidad Rolimpa Trading Corporation, supuestamente creada en Panamá en 1984, vendió terrenos en Vicálvaro a dos sociedades españolas por un monto total de 46.2 millones de euros. Estos terrenos habían sido adquiridos por Rolimpa a la mercantil Orosketa SA en 1989 por 100 millones de pesetas.
Las transacciones se realizaron a través de transferencias bancarias a una cuenta en el Banco Continental de Panamá, cuya titularidad correspondía a Tranoceanic Capital Corp, en la cual Carlos Iglesias estaba autorizado. Además, la totalidad de las acciones de Rolimpa pertenecían a la mercantil Cid Holding Company, la cual era propiedad de la sociedad Ganivet Investment SA, que a su vez estaba bajo la propiedad del acusado. Carlos también había sido apoderado de Rolimpa hasta el 2 de marzo de 2001.
A pesar de la revocación formal de su poder sobre Rolimpa, Carlos continuó gestionando de hecho la entidad, según alega la Fiscalía. Esto, aparentemente, fue parte de una maniobra para evitar responsabilidades fiscales por las ganancias obtenidas en la operación de venta de los terrenos.
LA EVASIÓN FISCAL DEL HERMANO DE JULIO IGLESIAS
La Fiscalía argumenta que Carlos Iglesias intentó obtener un beneficio fiscal ilícito al no presentar la declaración del Impuesto de la Renta de No Residentes de Rolimpa Trading Corporation, que afirmaba ser residente fiscal en Panamá. También se señala que, aunque formalizó un contrato para vender sus acciones de Ganivet Investment S. A. a la entidad panameña Rodes Finance INC por 18.5 millones de dólares en 2001, este contrato no reflejaba la realidad.
La Fiscalía sostiene que Rodes Finance INC, constituida en Panamá por testaferros de Carlos Iglesias, tenía como único propósito simular la transferencia de la titularidad de las acciones, que en realidad seguían bajo el dominio de Carlos. Esto pretendía eludir sus futuras responsabilidades tributarias por la venta de los terrenos.
Además, a pesar de declararse residente fiscal en Panamá en 2001, Carlos Iglesias no ha acreditado, según la Fiscalía, la veracidad de este hecho. Habría pasado temporadas en España, donde tenía sus principales intereses económicos y donde obtuvo la mayor parte de sus ingresos debido a las ganancias de la operación en cuestión. Por lo tanto, se argumenta que debe considerarse residente fiscal en España.
LA RESIDENCIA FISCAL ‘ROLIMPA TRADIN CORPORATION’
La residencia fiscal de ‘Rolimpa Trading Corporation’ también se cuestiona en el escrito de acusación. A pesar de tener su domicilio formal en Panamá, se argumenta que debe considerarse residente fiscal en España debido a su lugar de dirección y la mayor parte de su inmovilizado en el país. Esto implicaría que, en el ejercicio fiscal de 2001, Rolimpa estaba sujeta al Impuesto de Sociedades en lugar del Impuesto de la Renta de No Residentes.
El caso se complica aún más debido a la naturaleza de Rolimpa Trading Corporation como una sociedad de mera tenencia de bienes con un único socio. Esto lleva a la consideración de «sociedad transparente», lo que implicaría que Carlos Iglesias, como gestor de hecho de Rolimpa y beneficiario último del precio de venta, debió declarar la ganancia patrimonial por la venta de los terrenos en el Impuesto de Sociedades del ejercicio 2001 de Rolimpa. Además, debió declarar en su IRPF del ejercicio 2002 la base imponible del IS de 2001 de Rolimpa, deduciéndose la cuota pagada por dicho Impuesto de Sociedades.
IMPACTO EN LA FAMILIA IGLESIAS
Este caso ha causado un revuelo significativo en el ámbito mediático y en la familia Iglesias. Carlos Iglesias, de 78 años, es un hermano conocido del famoso cantante Julio Iglesias y, en el pasado, incluso fue su mánager antes de enfocarse en su carrera como productor musical. La polémica en torno a esta acusación de fraude fiscal tiene el potencial de afectar la imagen y la reputación de la familia, y podría tener consecuencias significativas para la carrera de Julio Iglesias.
La vista programada en la Audiencia Provincial de Madrid el próximo martes arrojará luz sobre el destino de Carlos Iglesias en este caso y cómo afectará a la familia y a la reputación del apellido Iglesias en el futuro. Con una multa multimillonaria y una posible condena de prisión en juego, el resultado de este juicio es de gran interés tanto para los seguidores de Julio Iglesias como para el público en general.