24 horas después de arropar a su primo Álvaro Falcó en el funeral en memoria de su madre, Marta Chávarri, Tamara Falcó ha retomado sus compromisos profesionales; y lo ha hecho -como no podía ser de otra manera siendo jueves- sentándose en el plató de ‘El hormiguero’, y revelando alguna anécdota relacionada con su boda con Íñigo Onieva.
Después de dejarnos sin palabras hace una semana al contar a Joaquín Sánchez en su visita a ‘El novato’ que sus zapatos de novia se quemaron 4 días antes de su enlace, y no solo eso sino que había perdido su alianza de casada, la marquesa de Griñón no ha podido evitar hacer mención a dos ‘detalles’ que han desatado un gran revuelo y que la hija de Isabel Preysler se toma con humor.
«Me dijeron que el camión que transportaba mis zapatos de novia desde Valencia había explotado. Se incineró el 75% del camión y ahí estaban mis zapatos» ha contado divertida, quitando hierro a este revés al que ha restado importancia: «Me puse otros. Al final eso fue lo de menos» asegura.
«Mi boda se convirtió en una carrera de obstáculos. Llegar hasta ahí fue… Fue muy heavy. Iñigo y yo hemos tenido que luchar un montón. Hasta tres días antes de la boda te entran dudas, agobio…», ha reconocido emocionada.
Cambiando de tema, Tamara ha revelado que su alianza ya ha aparecido, aunque sigue llevando la «suplente» porque su «idea» siempre fue tener un anillo de repuesto: «He encontrado el primero, pero llevo este. Ahora tengo dos» ha apuntado entre risas.
No es lo único que ha contado la marquesa, que también ha sorprendido al confesar que se «cambia de camisón todos los días. Es una sensación maravillosa y me encanta». Un día a día en el que, ha revelado, cuenta con el asesoramiento de «diez personas» entre nutricionistas, estilistas o maquilladores. «Y mi madre que es una asesora gratuita» ha bromeado.