En medio del crudo enfrentamiento que está manteniendo con los hijos del que fuera su marido, Jaime Ostos, Mari Ángeles Grajal ha vuelto a la casa familiar que compartió con el diestro durante más de 30 años y que ha vendido hace tan solo unas semanas por más de 650.000 euros. A pesar de las duras declaraciones de los hijos de Jaime, la doctora ha seguido adelante con sus planes y en esta ocasión la veíamos llegando a la casa familiar para recoger sus últimas pertenencias antes de entregar las llaves a los nuevos propietarios definitivamente.Mientras Jaime Ostos Jr, Gabriela y Gisela reclaman su parte de la herencia, Mari Ángeles Grajal y su hijo Jacobo Ostos defienden ante los medios que los hijos del diestro ya acudieron al domicilio familiar para llevarse todo lo que quisieron: «Las declaraciones de Jaime son falsas. Mi hermana fue a casa con un camión y se llevaron lo que quisieron. Lo que dicen es absurdo, que se dediquen a su vida» dejaba claro Jacobo hace unos días.En esta ocasión hemos visto como Mari Ángeles se hacía con los últimos objetos de valor que aún quedaban en la casa como algunos cuadros con carteles taurinos o una foto del propio Jaime Ostos con una cornada que sacaba en sus manos antes de cerrar la puerta a la que fue su casa en los últimos años. «De las primeras corandas que tuvo, estos son sus padres, en el año 56» nos esxplica sobre la fotografía que sostiene en su mano.Dispuesta a comenzar una nueva etapa en su vida en la que está de nuevo enamorada del empresario José Gandía, Mari Ángeles cuenta con el respaldo absoluto de su único hijo con el que la hemos visto en este último trance antes de entregar las llaves de la casa familiar.