Después de disfrutar de una cena con toda su tripulación y su hija, la Infanta Elena, el Rey Juan Carlos ha vuelto a aparecer esta mañana en el Club Náutico de Sanxenxo dispuesto a disfrutar del segundo día de regatas. Con una sonrisa en su rostro, el emérito aparecía por las inmediaciones en el vehículo de su gran amigo Pedro Campos y minutos más tarde bajaba hasta la embarcación.
Hoy no se ha subido en el ‘Bribón’, el monarca se ha montado en el ‘Cristina’ y su hija, la Infanta Elena, en otra neumática distinta. Primero ha bajado ella y, minutos más tarde, lo ha hecho el emérito apoyado en el brazo de su persona de confianza.
Perfectamente equipados para disfrutar al máximo de este día en Sanxenxo, caracterizado por unas temperaturas de lo más agradables y un sol espléndido, padre e hija comparten de nuevo afición después de su visita en Reino Unido.
Al llegar a la embarcación, el emérito se ha dejado ver charlando con todos los allí presentes y, una vez en el ‘Cristina’, se sentaba en uno de los asientos para navegar por el mar, saludando a los medios de comunicación que se encontraban en las inmediaciones con la mejor de sus sonrisas.