El chófer de Isabel Preysler lleva una maleta a Tamara Falcó e Íñigo Onieva

Tamara Falcó e Íñigo Onieva están de regreso en Madrid tras la inolvidable luna de miel con la que han recorrido los parajes más espectaculares de Sudáfrica durante casi un mes. Este miércoles, horas después de poner fin al viaje más especial de sus vidas, la pareja reaparecía por separado a las puertas de su apartamento en el centro de la capital.

A primera hora era la marquesa de Griñón la que, morenísima, guapísima y más encantadora que nunca, confesaba que se lo habían pasado «fenomenal», revelaba que es posible que disfruten de una segunda parte de su viaje de novios -en un idílico destino del que todavía no han contado nada- y reconocía con una sonrisa que está deseando convertirse en madre por primera vez: «claro, cuando Dios quiera».

Horas después era Íñigo el que salía de su casa para hacer footing, retomando así las rutinas que interrumpió tras su boda y el inicio de su luna de miel. Amable pero discreto, el nuevo marqués ha asegurado que se lo han pasado «muy bien» y ha presumido de que Tamara ha regresado «muy guapa, como siempre», sin revelar ningún detalle sobre cómo su viaje de novios ni sobre qué harán el resto del verano.

Un regreso a Madrid marcado por una anécdota, puesto que la pareja recibía una visita a media tarde en su domicilio. Se trata del chófer de Isabel Preysler, que llegaba al lugar portando una voluminosa maleta que se apunta a que habrían extraviado a los recién casados durante su viaje. Una vez localizada, habría sido el empleado de la ‘reina de corazones’ el encargado de ir a buscarla al aeropuerto para posteriormente llevarla hasta la casa de Tamara.

Muy discreto, el chófer ha evitado confirmar si se trataba de equipaje ‘extraviado’ durante la luna de miel y se ha limitado a llamar al telefonillo -que por cierto ha contestado Íñigo- para devolver a la pareja la maleta con sus pertenencias.