La boda de Tamara Falcó está dando mucho de qué hablar, y es que, la marquesa de Griñón cuidó al detalle que no hubiera ningún tipo de filtración de la celebración y ceremonia de su enlace junto a Iñigo Onieva. Tanto es así que en un correo que mandó a sus invitados especificó que los móviles no los iban a poder utilizar en ningún momento, es más, se los quedarían el personal de seguridad y si en algún momento era necesario usarlo les dieron un número de teléfono al que les podían llamar o podían optar por utilizar los móviles en una sala apartada y donde se aseguraba que nada se podría filtar.
Así, poco a poco estamos conociendo cada vez más detalles de la exclusiva boda de Tamara Falcó e Iñigo Onieva, que han vendido la exclusiva a la revista HOLA y es donde cada vez más conocemos detalles como el vestido, los ocho ramos de flores que tuvo la novia o el menú de cinco estrellas que ofrecieron a sus invitados.
Carlos Falcó falleció hace unos años pero eso no significa que no estuviera presente en la boda de su hija Tamara Falcó, y es que, ella junto a sus hermanos pensaron en una serie de detalles que hacían que su presencia se sintiese a lo largo del enlace, como fue el maridaje de vinos, el «AAA», por la inicial de sus tres hijas.
Se utilizó el aceite de su marca personal con la que además ganó distintos premios por todo el mundo y que además se utilizó para elaborar el menú de cinco estrellas y el plato principal fue pichón debido a que era un gran aficionado de la caza. Otro detalle interesante es que los trajes de los pajes, los hijos de Ana Boyer, eran de eran de estilo austriaco porque a Carlos Falcó le parecía un estilo muy elegante.
Tamara Falcó y los polémicos trajes de las camareras en su boda
Tamara Falcó ofreció a sus invitados un catering después de la ceremonia donde sus invitados disfrutaron de un menú seleccionado por ella misma, pero lo que destaca de este momento no es el menú en sí, si no los trajes con los que las camareras llevaban en bandejas a los invitados durante el tiempo que duró el coctel.
Y es que, las camareras aparecieron vestidas con «trajes de época», que estaba compuesto por, un traje de manga larga negro con una camisa blanca debajo de este, unas medias negras y tupidas y por último un delantal blanco. Así vestidas las camareras tuvieron que servir la comida durante el coctel y la polémica no ha tardado en llegar, además porque ahora mismo en Madrid se están viviendo unas altas temperaturas, que han llegado incluso a los 38 grados.
Los usuarios de las redes sociales al ver estas imágenes filtradas de la boda no ha tardado en criticar la elección del vestuario de las camareras y lo han etiquetado de «humillante», además que han destacado la poca empatía y solidaridad de Tamara Falcó por proponer este uniforma con las altas temperaturas que se sabía que haría ese día. Además han etiquetado de «inadecuado» este uniforme debido a que parecen trajes de «época» y que nada tienen que ver con lo que se lleva hoy en día en este tipo de eventos.
La imagen que se ha difundido en las redes sociales pertenece a un momento de un vídeo que grabó una reportera encargada de cubrir e informar de la boda de Tamara Falcó, y ciertos usuarios de las redes han dejado comentarios como el siguiente,: “Da angustia ver a la chica con semejante calor. Ya que la empresa del catering obliga a las camareras a llevar uniforme, al menos que no sea de principios del siglo XX y que sea de verano (tela fresca, manga corta, sin medias…)”.
El nuevo marqués de Griñón y marido de Tamara Falcó: la nueva vida de Iñigo Onieva
Tamara Falcó e Iñigo Onieva se han casado finalmente en el palacio heredado de su padre, El Rincón, un hecho que a su padre el hubiera gustado mucho y lo ha confirmado su su hija y hermana de Tamara, Xandra Falcó,: «se sentiría muy feliz y muy orgulloso”. Un hecho relevante es que Tamara Falcó no es solo heredera de de este increíble palacio, también lo es de uno de los títulos más preciados de su padre, el marqués de Griñón, y que Isabel Preysler también utilizó durante su matrimonio con Carlos Falcó.
Ahora en su boda con Iñigo Onieva, la marquesa de Griñón admitía en exclusiva para la revista HOLA que para prepararse para el enlace matrimonial ella no estaba segura de si cederle el despacho de su padre a Iñigo para que pudiese prepararse y arreglarse para la boda, pero finalmente lo hizo porque,: «en un principio, no quería prestar el cuarto, pero me ha parecido bonito. me ha hecho sentir como que, de alguna forma, hay un nuevo relevo de mi padre».