La boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha acaparado la atención de todos y ha ocupado los titulares de los mejores medios. Se rumorea que la revista de cabecera de la Marquesa de Griñón le ha puesto encima de la mesa un contrato muy suculento para tener la exclusiva de este evento tan especial e importante para la crónica social. Pero también debemos contar con todas las marcas que se han puesto en contacto con el nuevo matrimonio para ofrecerle patrocinar productos de gama alta a cambio de unos precios muy suculentos. Alessandro Lequio aclaró en su momento que esta celebración estaba completamente patrocinada por firmas de lujo y que los novios iban a tener que pagar muy poco porque todo estaba costeado.
Tamara Falcó ha elegido el Palacio de El Rincón, un palacio que heredó de su padre y que para ella es muy importante porque ha vivido allí los momentos más especiales de su infancia. En el pasado confesó que estaba retrasando su fecha de boda porque le hacía especial ilusión que Carlos Falcó la acompañase al altar y después de su triste fallecimiento se dio cuenta de que esta ausencia iba a marcarle, por eso tardo en tomar la decisión. Cuando pensó que había llegado el momento perfecto para casarse con Íñigo el empresario le fue infiel en un festival americano y las imágenes corrieron como la pólvora, así que ella no tuvo otro remedio más que cancelar el evento. Íñigo Onieva no descansó hasta demostrarle a Tamara que estaba muy arrepentido y la marquesa decidió darle una segunda oportunidad.
Tamara Falcó ha pensado que lo mejor para todos es olvidarse del pasado, una tarea bastante complicada para Isabel Preysler. La Reina de Corazones supuestamente tenía una relación muy tensa con su yerno porque no terminaba de confiar en sus intenciones y pensaba que en cualquier momento podría volverse a portar mal con Tamara. Íñigo ha tenido que esforzarse mucho para recuperar la confianza de Isabel y en estos momentos podemos afirmar que el vínculo que existe entre ellos es perfecto. Solamente hay que ver la sorpresa que le ha dado Íñigo a la reina de corazones.
Isabel Preysler vuelve a brillar en la boda de su hija
>Había mucha expectación porque algunos medios recordaron que la madrina del evento era Carolina Molas, la suegra de Tamara Falcó. Carolina es una empresaria muy importante que ha llamado la atención de la crónica social y que parece haber llegado para quedarse. Quiere mantener las distancias, pero no puede esconderse durante más tiempo. Es un elemento fundamental para comprender cómo es la nueva vida de la Marquesa de Griñón y todos los ojos están puestos en ella , por eso se decía que Isabel estaba bastante enfadada e incluso tenía miedo de que Carolina le robase todo el protagonismo en la boda.
Íñigo Onieva y Tamara Falcó han sabido darle el papel que se merece a Isabel Preysler, a pesar de que el protocolo no le había dado ningún tipo de protagonismo. Su papel en la boda era completamente secundario. Es cierto que nunca le ha hecho falta ninguna excusa para brillar, pero nadie puede obviar que Carolina era la madrina de la boda y que Isabel no dejaba de ser una invitada más. Algunos no han visto con buenos ojos que vaya vestida de la misma marca que Tamara Falcó por qué esto puede ensombrecer a la marquesa, pero la intención de Isabel simplemente era ir a la última y cumplir con las expectativas.
Tamara Falcó acaba con la guerra familiar
>Todo hacía pensar que la madre de Íñigo Onieva iba a tener más protagonismo que Isabel Preysler. Se ha llegado a decir que la Reina de Corazones estaba realmente molesta porque su hija estaba consintiendo que Carolina acabase la atención de todos. La situación cambió cuando la empresaria anunció que no iba a formar parte de la exclusiva, pero en este momento surgió otro problema. No quería salir en las fotografías. Después cambió de opinión y miró por los intereses de su hijo, así que consintió salir en las imágenes, pero dejó claro que no iba a posar de forma directa porque no quería convertirse en ningún personaje.
Isabel ha estado muy amable con todos los medios de comunicación porque su reputación siempre ha sido impecable. Nada más descubrir que su hija le ha regalado gran parte del protagonismo de la ceremonia, ha respondido a varios mensajes y llamadas de periodistas cercanos para reconocer que estaba muy emocionada y que todo había salido como ella tenía planeado.