Gerard Piqué está aprovechando al máximo de la presencia de sus hijos en Barcelona. Milan y Sasha regresaban a la ciudad condal el pasado 4 de junio, dos meses después de su marcha a Miami, para pasar la primera parte del periodo vacacional con su padre. 15 días de los que ya han pasado 10 en los que el exfutbolista, volcado en sus pequeños y en intentar recuperar el tiempo perdido desde que abandonaron España con Shakira en abril, apenas se ha separado de los niños.
Será el próximo 19 cuando los menores vuelvan con la cantante, que a pesar de las ‘súplicas’ de Piqué para que la estancia de Milan y Sasha en Barcelona se alargue cinco días -que se compensarían más adelante- y puedan asistir el próximo 23 de junio a la boda de su hermano Marc, no ha dado su brazo a torcer. Un duro revés para el catalán, cuya tensión con Shakira no ha hecho más que aumentar en los últimos tiempos.
En plena cuenta atrás para el regreso de los niños a Miami, Gerard está volcado en que sus hijos disfruten de estos días tan especiales con su familia paterna, a la que hacía dos meses que no veían. Pero no solo con ellos, sino también con sus antiguos amigos, con los que el exfutbolista quiere que los pequeños no pierdan el contacto.
En esta ocasión, Piqué ha sorprendido a Sasha con un plan muy especial, al llevarlo hasta su antiguo colegio en Barcelona para reencontrarse con sus compañeros de clase, que le han recibido con gritos de júbilo a las puertas del centro.
Intentando pasar desapercibido, el novio de Clara Chía -que estos días se ha ‘echado a un lado’ para que Gerard disfrute de sus pequeños y no empeorar las cosas con Shakira- se quedaba dentro del coche mientras su hijo menor se ponía al día con sus amigos. Tras largo rato, recogía al niño y juntos les veíamos abandonando el lugar conversando animadamente sobre esta sorpresa tan especial con la que el catalán ha querido sorprender a Sasha.