La polémica con los vestidos de novias de Tamara Falcó sigue dando de qué hablar y esta tarde ha vuelto a ser Íñigo Onieva quien ha dado la cara ante las cámaras de los medios de comunicación. El empresario ha mostrado su peor cara, reflejando su hartazgo tras la notoriedad que ha adquirido este nuevo incidente que ha sufrido la Marquesa de Griñón y lo cierto es que ha dejado claro todos están bien a pesar de este contratiempo.
Íñigo salía del domicilio que comparte con Tamara y lo primero que escuchábamos de su boda era: «No me pongáis el micro en la boca». Discreto, escuchaba las preguntas, pero no respondía… hasta que le hemos comentado si es cierto que está buscando diseñadores, a lo que nos ha pedido que le preguntemos a ella: «preguntadle a ella, a mí no me preguntéis».
Muy altivo, el empresario parece que no tenía nada qué decir a todo lo que se está diciendo porque cuando le dábamos vía libre para que expresase lo que sintiese y aclarase todo lo que se ha publicado, nos decía: «¿respecto a qué?».
Eso sí, en cuanto a la polémica con ‘Sophie et Voilà’ nos ha asegurado que no va a decir nada porque «lo dejo en sus manos, no me meto» y ha sido entonces cuando ha vuelto a pedir a la prensa que pusieran «los micros con más distancia, por favor. Chicos me estáis pegando el micro en la cara».
El empresario ha desmentido tajantemente que Eneko Atxa, chef del menú que degustarán los novios y todos los invitados el día de su boda, esté enfadado con ellos por lo que ha ocurrido con la firma de trajes de novia: «Eneko es un profesional y eso es independiente de cualquier cosa» y ha asegurado que no tiene «nada que ver».
Acorralado ante tanta expectación por lo que ha ocurrido, Íñigo ha decidido romper su silencio y ha asegurado que «son cosas que pasan en un proceso, a muchas novias les pasará que les dejen tirados en mitad de un proceso de una boda, es un altercado que se soluciona y listo«.
Por último, el empresario ha dejado claro que Tamara «está tranquila» ya que «al final todo tiene solución, todo pasa por algo» y eso les hace estar a «todos tranquilos» porque no deja de ser «un incidente que no tiene más trascendencia» y que él resumen en que «no ha encajado el vestido y nada más».