Después de meses reivindicando el derecho de María Teresa Campos a envejecer con dignidad y de pedir públicamente que se respete la imagen de su madre y su decisión de mantenerse alejada del foco mediático, Terelu Campos y Carmen Borrego se han sincerado y, a corazón abierto y sin ocultar su desolación, han revelado el delicado estado de salud de la veterana presentadora.
En primer lugar era la mayor de las hermanas, a través de su blog semanal en ‘Lecturas’ la que, coincidiendo con la celebración del día de la madre, hacía un homenaje a su progenitora: «Aunque ya no es lo que era, mi madre es mi vida y mi referente» confesaba, revelando que «en estos momentos ya no puede decidir por sí misma» y pidiendo una vez más encarecidamente a los medios de comunicación que no publiquen imágenes suyas en la actualidad para preservar su derecho a la privacidad.
Unas declaraciones que activaban de nuevo las alarmas respecto al estado de salud de María Teresa, sobre el que Carmen, completamente rota, se ha sincerado este martes en ‘Sálvame’: «Tenemos que hablar con naturalidad. Está siendo un año muy duro, más por mi madre que por mi hijo. Lo de mi hijo tarde o temprano tendrá una solución, pero lo de mi madre desgraciadamente ya es difícil» ha reconocido entre lágrimas.
«Hay muchas familias que sufren lo que estamos sufriendo y tenemos la suerte de tenerla y que nos conozca. No sé qué pasará el día de mañana y cuando no nos conozca, pero ahora mismo la tenemos… Para nosotros es nuestra prioridad, que esté bien y tranquila. Feliz no, feliz en ella ahora es complicado. Solo pedimos que la dejen descansar y dejen de seguirla» ha añadido, admitiendo que «no se puede estar ocultando la realidad porque no tiene sentido y hay especulaciones»
Sin poner nombre a la enfermedad de María Teresa, Carmen ha explicado que su deterioro ha sido muy rápido desde la pasada Navidad y ha revelado que, «es duro cuando sabes que tienes un problema y no puedes llamar a tu madre, que es la que siempre ha ayudado y nos ha respaldado y ahora está, pero de otra manera». «Cualquier madre para cualquier persona es duro pero cuando tu madre ha sido quién es pues es más duro porque no solo tiene sus recuerdos como madre sino como profesional», ha contado, confesando que a pesar de lo delicado del momento que está atravesando, la querida presentadora quiere seguir trabajando: «Yo he trabajado mucho con ella, cuando voy a su casa es raro el día que no se pone a hacer una escaleta conmigo, y yo ya no sé qué inventarme, ella sigue teniendo su mundo profesional y me dice ponemos esto aquí, esto allí».
«En esta maldita enfermedad el problema es que se dan cuenta, porque se dan cuenta y lo que sufren. Para mí ha sido difícil de encajar y asumir pero preferiría que no me conociera y no verle sufrir y con esa ansiedad… No tenemos mimbres porque no nos han enseñado. Al principio te enfadas y cabreas porque no sabes como actuar como en un ictus o un infarto. Cuando entramos en enfermedades neurológicas no sabemos ninguno, no sabemos cómo tratar a esas personas», ha concluido, visiblemente emocionada.