El pisto manchego, también conocido simplemente como pisto, por si todavía alguien no lo sabe, es un plato tradicional de la cocina manchega que consiste en una fritada de diversas verduras de composición variable, posiblemente aquellas más accesibles durante la temporada en una huerta. Precisamente por ese motivo, porque es una elaboración de orígenes humildes con la que los trabajadores del campo se alimentaban aprovechando las verduras de temporada, es por lo que no hay una receta única, pero sí hay unos ingredientes que nunca deben faltar.
Beneficios del pisto manchego
Conocido también como asadillo manchego, el pisto manchego es uno de los platos más saludables que existen ya que está compuesto por muchos alimentos que podemos obtener de manera natural. Ofrece un alto aporte de sustancias antioxidantes e innumerables beneficios para nuestra salud. Por un lado, el tomate aporta gran cantidad de vitaminas y minerales, sobre todo potasio. Es muy bueno para facilitar la digestión. Por otro, el pimiento aporta gran cantidad de fibra, antioxidantes, vitaminas, principalmente la C y minerales, y la cebolla reduce el colesterol e incrementa la capacidad de la sangre para disolver coágulos internos.
Ingredientes del pisto manchego
Hay muchas variantes del pisto manchego pero todas ellas giran sobre una misma base de tomate y pimiento verde. Los demás ingredientes son añadidos, algo que convierte a esta receta en una de las más versátiles de nuestra gastronomía. Para hacerlo según la nuestra vas a necesitar, si lo quieres hacer para, por ejemplo, cuatro personas, 2 dientes de ajo, 250 gramos de cebolla, 200 gramos de pimiento verde, otros 200 gramos de pimiento rojo, 4 tomates, 300 gramos de calabacín, sal, pimienta negra molida y aceite de oliva virgen extra.
Más de 2 horas
Para hacer la receta de pisto manchego vas a necesitar algunos minutos más de 2 horas, contando con que en la cocción emplearemos 1 hora y 45 minutos y otros 20 minutos en la elaboración. Lo primero es calentar agua en una cacerola amplia y llevar la misma a ebullición. Luego se retira la parte dura de los tomates y se practica un corte de cruz en la base. Hecho esto se introducen en el agua hirviendo durante unos 15-20 segundos, se sacan y se introducen entonces en un cuenco de agua helada. Hay que pelarlos y triturarlos.
Pochar ajo y cebolla
Preparados los tomates seguimos con nuestro pisto manchego pelando los dientes de ajo y la cebolla, picando ambos finamente. Después hay que lavar bien el resto de las verduras, por razones saludables, y se cortan en pequeños trozos de igual tamaño, antes de reservarlas separadas unas de otras pues las iremos añadiendo a la cazuela en distintas fases. Se calienta una cantidad generosa de aceite de oliva virgen extra en una cazuela, no dos cucharadas, y se pochan el ajo y la cebolla picados durante 15 minutos a fuego suave. Luego quedará añadir el pimiento picado, que habrá que pochar otros 15 minutos más.
Cómo finalizar la receta
Si queremos terminar el pisto manchego, hay que incorporar a continuación el calabacín y el tomate triturado, se salpimienta al gusto, se tapa y se deja pochar durante un mínimo de una hora y media. Transcurrido este tiempo, se retira la tapadera de la cazuela, se sube un poco el fuego y se cuece durante 15 minutos más o hasta que el agua del tomate se haya evaporado. Y es que queremos que nos quede jugoso, pero sin restos del agua que sueltan las verduras, con todos los ingredientes bien amalgamados. Una vez conseguida esta consistencia, se sirve.
Con qué se acompaña
Tradicionalmente el pisto manchego se sirve con huevos fritos y pan, mucho pan para acompañar, y con ello conseguimos un plato único excelente. Sin embargo también lo podemos servir como guarnición de carnes y pescados. A mucha gente también le gusta especialmente con salchichas a la plancha, pero cada cual que lo disfrute como más le plazca. Una buena opción podría ser con garbanzos y jamón crujiente, pero quizás te sorprenda saber que el pisto también te puede servir para rellenar unos canelones o una lasaña, o incluso podemos utilizarlo en cualquier pastel salado, como un pastel de patata, unos rollitos de berenjena, unos chimos… Con esta receta se puede preparar cualquier plato relleno, y es muy apta para vegetarianos.