Las patatas bravas son uno de esos platos que sí o sí tienen que estar presentes en la carta de aperitivos, tapas o entrantes. Eso sí, son mayoría las veces en las que se termina dudando de su calidad, sobre todo si eres un experto en la materia, y los consumidores coinciden en que es difícil encontrar dos bravas idénticas, sobre todo porque cada chef utiliza ingredientes y cantidades diferentes que acaban aportándole un matiz personal al resultado final. Aquí te vamos a dar uno en concreto con el que mejorarás tu receta.
Qué son las patatas bravas
A las patatas bravas también se les denomina en algunos sitios patatas a la brava o papas bravas, y no dejan de ser patatas cortadas en dados grandes, fritos en aceite y aderezados con salsa brava, vamos, la picante. Se sirven calientes como tapa o aperitivo, a ser posible acompañando una caña o copa de vino, y por supuesto con un vermouth. Suele ser una de las tapas más asequibles de cualquier menú, debido al bajo coste de sus ingredientes, motivo por el que es una de las más demandadas por la gente a la hora de acompañar la bebida con algo.
Origen de las patatas bravas
El origen de las patatas bravas está en la ciudad de Madrid, por mucho hoy en día se pueden encontrar fácilmente en todas las regiones del país. Y es que su primera aparición es a partir de los años 1950 en los bares de la capital de España, y en concreto la primera mención a las mismas se encuentra en el libro ‘Vivir en Madrid‘ (1967) de Luis Carandell. Hay dos establecimientos ya desaparecidos que, hoy en día, se disputan la invención: Casa Pellico y La Casona, pero en general no hay bar de tapas en la capital que no prepare unas bravas.
Diferentes tipos
Sin salir de España se pueden encontrar muchos tipos de patatas bravas, y por ello, como consecuencia de esta variedad, las comparaciones entre establecimientos se vuelven inevitables, buscando qué sitio ofrece las mejores, aunque muchos algunos no las consideren como tal. Y es que no es raro encontrar salsas bravas a base de tomate frito. En el área del Levante es popular combinarlas con alioli o con otros condimentos que no pican como deberían si nos atenemos a la receta original madrileña. Tampoco se sabe cómo es la receta original, aunque la llamada la «auténtica» consiste en pimentón dulce y picante, harina y aceite de oliva.
La receta de Arguiñano
Hasta chefs como Karlos Arguiñano se interesan por las patatas bravas y tratan de dar con la tecla ideal para las mismas. El popular cocinero televisivo también ha presentado ya su receta a todos sus espectadores, y en ella lo primero que hay que lograr es una salsa con el punto idóneo de picante. Para ello, el chef vasco cocina una salsa casera a base de dientes de ajo, cebolla picada, tomate triturado, aceite, sal y alegría riojana, la guindilla roja que consigue darle el toque perfecto de sabor. También indica que una mayonesa servirá para complementar.
Un buen acompañamiento
Otra de las claves de unas buenas patatas bravas para Karlos Arguiñano es encontrar un buen acompañamiento para las mismas. Según él, unas salchichas harán que el entrante resulte mucho más completo y que se potencien el resto de gustos. Y en el caso de que las salchichas no sean del agrado del comensal, el chef ha compartido a lo largo de su trayectoria otras fórmulas para acompañarlas y una de sus alternativas es cocinar porciones de rape empanado, que, eso sí, se mezclarían con otro tipo de salsas -su apuesta: la de yogur-.
Consejos para hacerlas
Como hemos dicho, hay muchas formas de hacer las patatas bravas, pero te vamos a dar unos consejos para que te salgan buenas. Lo primero es escoger patatas para freír, luego que las mismas queden tiernas por dentro y crujientes por fuera, algo que puedes conseguir si las fríes primero a fuego medio, para que se cocinen bien, y luego subes la temperatura para dorarlas. La salsa brava puede ser más o menos picante, al gusto, basta con variar las cantidades de pimentón dulce y pimentón picante, poniendo más de uno u otro. En muchos bares las bravas suele servirse también con mayonesa o salsa alioli o salsa ajoaceite.