El Parlamento Europeo acordó a finales de 2018 prohibir la fabricación y comercialización de bastoncillos de algodón a partir de 2021. El motivo es que se trata de un dispositivo de usar y tirar con un importante contenido de plástico. Además, pone en riesgo la salud auditiva, pues su utilización para limpiar tus oídos puede causar infecciones e incluso perforación del tímpano. Por este motivo, os explicamos en este post cómo limpiarse los oídos sin utilizar bastoncillos.
Los especialistas siempre insisten en recordar que la presencia de cera en el oído es necesaria. De hecho, el cerumen, que se produce por la secreción de las glándulas sebáceas y sudoríparas del oído, actúa como mecanismo de defensa de éste. Además, lubrica el canal auditivo y transporta fuera del oído el polvo, la suciedad y las células muertas. Dicho esto, en ocasiones se puede producir un exceso de cera que provoque el taponamiento del oído. En estos casos sí se requiere un proceso de limpieza.
El mejor método para limpiar tus oídos
El método más sencillo y fácil para limpiarnos los oídos es el agua. El doctor Juan Royo, especialista de la comunidad Viviendo el Sonido, señala que la higiene diaria con agua, lavándonos los oídos con la ayuda del propio dedo al ducharnos o lavarnos la cara, es casi siempre suficiente para tener el conducto auditivo libre de un exceso de cera. “Lo que debemos evitar es introducirnos cualquier tipo de objeto en el oído, ya sean bastoncillos o cualquier otro elemento”.
Royo desaconseja por ejemplo el uso de conos o velas para quitar cerumen acumulado, pues implica tener fuego muy cerca del oído y la cabeza. “Incluso más peligroso -señala este especialista- puede resultar la utilización de otros dispositivos que también se ofrecen por Internet. Me refiero a las llamadas curetas o earpicks, de acero inoxidable, que se usan introduciéndolas en el conducto auditivo “a ciegas”, para extraer el cerumen. La introducción de estos instrumentos puede ocasionar lesiones en la piel del conducto auditivo o incluso la perforación del tímpano“.
Cómo prevenir la cera en los oídos
Nunca meterse nada en los oídos. El revestimiento del oído es delicado y puede dañarlo fácilmente. No use bastoncillos de algodón para limpiar los oídos. Pueden irritar el canal auditivo y empujar la cera hacia adentro, lo que dificulta su extracción. Para mantener las orejas limpias, lave la parte visible de la oreja y detrás de la oreja con un poco de jabón. Luego, limpie el jabón con los dedos enjuagados y seque con una toalla delgada.
No sumerja sus oídos en el agua del baño, ya que las bacterias del cuerpo pueden introducirse al canal auditivo y causar una infección. Use tapones para los oídos para proteger sus oídos del polvo y el ruido fuerte. No ignores los problemas del oído; no mejorarán sin el tratamiento adecuado. Cuanto más tiempo deje un problema en el oído, más tiempo le tomará tratarlo.
Si cree que su audición puede verse afectada por el ruido en el trabajo, el mejor lugar para comenzar es comunicárselo a su responsable (que tiene el deber legal según la regulación de la Unión Europea) para evaluar y controlar los riesgos. Como guía general, no debería tener que trabajar sin protección para los oídos, con niveles de ruido en el trabajo que son más fuertes que en una calle concurrida.
Si la citada medida de lavarse los oídos con agua no funciona para diluir un exceso de cera en los oídos, lo más aconsejable es recurrir a un especialista para evitar complicaciones. Puede ser que la aplicación de unas gotas sea suficiente para su disolución. Otras veces, en cambio, es necesario realizar un sencillo procedimiento mediante una jeringa otológica con agua templada. Este proceso consiste en introducir la cánula por el pabellón auricular e inyectar el agua con energía para sacar el tapón de cera. En cualquier caso, ante la más mínima duda, tu otorrino podrá recomendarte la mejor solución.
Cómo se forman los tapones de cera
La cantidad de cerumen que el oído forma es algo muy individual, como la grasa del cutis: hay personas que fabrican poco, y otras mucho, lo que puede causar los incómodos tapones. Además, “algunas personas por su anatomía tienen más riesgo de crear tapones de cerumen. Tienen el conducto más estrecho o angulado, lo que provoca que se acumule cera en el oído, taponándolo”, afirma el doctor Luis Lassaletta.
En estos casos es necesario eliminar esa acumulación de cera, ya que impide que la persona pueda oír en buenas condiciones, pero siempre bajo la prescripción de un médico. Saber si una persona tiene un tapón o no es bastante sencillo: basta con que el médico mire los oídos con un otoscopio.
Siempre hay que consultar con el médico. Si se tiene un tapón el paciente nunca debe tratar de eliminarlo por su cuenta, con gotas u otros fármacos. En la consulta, el médico generalmente receta una solución en forma de gotas para que el paciente se la administre en su domicilio en los oídos unos días antes de la extracción. “Sirven para ablandar ese cerumen”, señala el doctor Lassaletta.