¡BUH! Seguro que cada vez que tienes hipo hay alguien que aprovecha para tratar de darte un susto. Sin duda, este es el remedio tradicional –y poco, o nada, efectivo– para quitar el hipo, pero… si quieres quitártelo de verdad, sigue leyendo. Tenemos el truco definitivo para acabar con él.
No vamos a contarte qué es el hipo porque seguro que lo has experimentado más de una vez, pero tal vez no sepas por qué lo sufres. Según la medicina, “el hipo sucede por una contracción espasmódica, involuntaria y repetitiva del diafragma y los músculos inspiratorios que provoca una inspiración súbita, seguida del cierre brusco de la glotis, que origina un sonido peculiar”. Lo que no está claro es por qué el diafragma y los músculos respiratorios se descoordinan.
O sea que lo que hace que tu pecho se sacuda como si diera un saltito cada dos por tres y hagas ese ruidito característico sin que tú quieras es culpa del diafragma y los músculos que te ayudan a respirar, a los que se les ha ido la olla y se mueven sin su habitual coordinación.
¿Qué hacer si nos entra el hipo?
Echarle paciencia. Acaba desapareciendo al cabo de unos minutos. En bebés recién nacidos y niños menores de un año el hipo puede alargarse y durar hasta media hora, sobre todo después de un ataque de llanto. Pero…, si no puedes soportar ni un ratito hipando y necesitas hacer algo, tenemos el truco definitivo.
Dos investigadores británicos de los Hospitales de Gloucester y Worcester han publicado sus conclusiones, entre científicas y humorísticas, sobre cómo poner fin a un ataque de hipo y han asegurado que apretarse los oídos con los dedos mientras se sorbe un vaso de agua a través de una pajita es el remedio definitivo contra el hipo.
Según estos investigadores –y según la redactora jefe de la revista CLARA –gran fan de este truco y que desgraciadamente aplica con cierta regularidad– el trucazo contra el hipo es beber un vaso de agua por el lado incorrecto del vaso (sí, sí, por el otro lado, así que inclina el vaso con cuidado). Eso te obliga a beber mientras doblas poco a poco el torso para no derramar el agua, lo que normaliza la respiración y normaliza el trabajo del diafragma y los músculos respiratorios.
Trucos que pueden servirte para quitar el hipo:
Apretarse los oídos. Haz esto mientras sorbes agua de un vaso con una pajita.
Beber del otro lado del vaso. Bebe agua de un vaso pero del lado contrario.
Aguantar la respiración. No por ser un clásico es menos efectivo. Tápate la nariz y aguanta tanto como puedas. Suele funcionar tras intentarlo unas cuantas veces.
Beber agua. Se trata de beber un vaso de agua fría sin respirar.
Hacer respiraciones abdominales. Se trata de coger aire lentamente sintiendo cómo se llena todo el abdomen. Aguantarla unos 10-20 segundos. Luego, dejar ir al aire también lentamente mientras se deshincha el abdomen. Aquí tienes más respiraciones para sentirte bien.
Tumbarte de espaldas. Y llevar las rodillas al pecho, para cerrar el diafragma.
O sentarte. Y llevar las manos a tocar los dedos de los pies. También para cerrar el diafragma.
¿Qué hacer si un bebé tiene hipo?
En principio, aparte de molesto, el hipo no tiene mayor importancia. Solo cuando dura mucho tiempo o se repite con mucha frecuencia puede ser un síntoma de otra enfermedad. Si no te puedes quitar el hipo de encima de ninguna manera y, además, notas otros síntomas, puede ser alguna de estas enfermedades:
Si además notas acidez. Se debe al reflujo gastroesofágico, una regurgitación ácida que se da cuando el contenido del esófago pasa a la boca sin esfuerzo. Suele deberse a una hernia de hiato. Es el motivo más frecuente de que se dé un hipo persistente.
Si además tienes dolor de cabeza, vómitos o alteraciones visuales. Puede deberse a un trastorno del sistema nervioso central; a una infección (meningitis, encefalitis, etc.). También puede ser una esclerosis múltiple o una enfermedad vascular.
Si además tienes sueño, cansancio o te notas hinchada. El hipo puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos. También el alcohol o el tabaco.
Si además tienes muchas sed o muchas ganas de orinar. El hipo puede señalar a una diabetes u otros desequilibrios en el nivel de calcio en sangre o el de agua y sales minerales.
Cuando además de hipo hay una presión en el pecho y dificultad para respirar. Puede indicar tanto un infarto como una pulmonía.
Se puede intentar, pero como el origen del hipo no está claro, no hay nada seguro. Lo que se suele recomendar es llevar una vida saludable, evitando el alcohol, el tabaco o abusar de bebidas con mucho gas. También se recomienda comer despacio, con la boca cerrada para no coger aire.