El 60 por ciento de nuestro cuerpo se compone de agua, por lo que beber suficiente líquido es vital porque de lo contrario perdemos energía, nuestra piel se pone seca y comenzamos a experimentar efectos cada vez más serios que pueden llegar a ocasionar que nuestro organismo deje de funcionar por completo. Es decir, las consecuencias de no beber agua durante un largo período pueden ser graves. La deshidratación crónica, entre otros padecimientos, suele aparecer y poner en peligro la salud de la persona. Aquí vamos a ver los principales riesgos.
Problemas serios sin agua
Si dejas de beber agua por completo, tu cuerpo comenzará a experimentar efectos más serios y, al final, dejará de funcionar por completo. Si encima lo haces durante varios días seguidos (deshidratación crónica) puede dar lugar a otros trastornos, como diabetes, colesterol alto, problemas de piel y digestivos, fatiga y estreñimiento. El tiempo de supervivencia varía, según cada persona, entre tres y cinco días, aunque se han reportado casos de personas que lograron sobrevivir por más tiempo.
Qué pasa con el agua del cuerpo
Si hay tres cuartas partes de agua en nuestro cerebro y corazón, en el caso de nuestros pulmones esa cifra llega al 83 % y se reduce al 31% en lo que a nuestros huesos atañe. Lo malo es que no toda esa agua permanece en nuestro cuerpo, porque mucha desaparece a través de la orina, el sudor e incluso cuando respiramos, de ahí la necesidad de seguir bebiendo este líquido elemento. Y es que tal y como han demostrado los científicos, como solvente universal, aporta nutrientes y hormonas al cuerpo, regula la temperatura corporal, y lubrica nuestros ojos y articulaciones.
Más males
Entre los males que el no beber agua puede acarrear a nuestro cuerpo está el que uno se vuelva irritable y de mal humor. Dos estudios que se llevaron a cabo en la Universidad de Connecticut estudiaron tanto a hombres como a mujeres en una serie de pruebas cognitivas, y vieron que la deshidratación les provocaba mal humor y somnolencia. A veces también confundimos la sed con el hambre, por lo que es inteligente beber agua cuando nos pica el gusanillo de un antojo. Por eso es una buena idea beber agua antes de sentarse a comer, ya que nos puede llevar a consumir menos calorías.
Cuánto hay que beber
La cantidad de agua que debemos beber depende del organismo de cada persona y del entorno pero, según Nacamulli, lo más recomendable es que los hombres tomen entre 2,5 y 3,7 litros, y las mujeres, de 2 a 2,7 litros. Eso sí, también es importante no sobrepasar la cantidad necesaria: beber demasiada agua puede implicar riesgos para la salud, advierten los expertos. Investigadores de la Universidad de Harvard, EE.UU., creen que la cantidad recomendable varía entre cuatro y seis vasos al día, en lugar de ocho, como se creía hasta entonces, pero que es imposible hacer una recomendación que sirva para todo el mundo: depende de la dieta, el clima y el nivel de actividad física.
Evita fatiga y migrañas
El agua es utilizada por el organismo para eliminar toxinas y productos de desecho que éste no necesita, por lo que cuando hay menos el corazón tiene que trabajar más para bombear la sangre oxigenada a todas las células y otros órganos principales, y eso puede causar fatiga. Además, al acercarse a un estado de deshidratación, el organismo disminuirá el rendimiento muscular, lo que provoca esa sensación de cansancio. Además, en la mayoría de los casos, la razón principal de los dolores de cabeza y migrañas es la deshidratación. Eliminar estas molestias, que también pueden darse en otras partes del cuerpo como la espalda, es uno de los beneficios de tomar dos litros de agua al día.
Ayuda la digestión y la termorregulación
Cuando bebemos suficiente agua aumenta la tasa de metabolismo, los alimentos que consumimos se descomponen apropiadamente. De esta forma, uno de los beneficios de beberlo en ayunas es ayudar a que el sistema digestivo funcione correctamente, previniendo el estreñimiento y mejorando la digestión. También ayuda a la reposición de los tejidos de la piel, así como su hidratación y el aumento de su elasticidad, así como a curar las cicatrices, acné, arrugas y otros síntomas de envejecimiento. Su capacidad para liberar el calor del cuerpo cuando el sudor se evapora de la superficie de la piel son de gran ayuda en el mantenimiento de la temperatura corporal y para mantener hidratados nuestros músculos.
Reduce el riesgo de cáncer
A todas esas ventajas de beber agua hay que añadir que, según los expertos, hay evidencias que sugieren que beber mucho líquido, principalmente agua, puede reducir el riesgo individual de padecer cáncer de vejiga. Una hidratación adecuada repercute en el correcto funcionamiento de los riñones y del sistema inmunológico y digestivo. También reduce el riesgo de problemas cardiológicos y hasta nos puede libar del mal aliento, que es una clara señal de que el cuerpo necesita más agua. La saliva ayuda a tu boca a liberarse de bacterias y mantener la lengua hidratada. Por esto, si tenemos mal aliento, lo primero que hay que hacer es beber mucha agua.