En Cotilleo.es sabemos que hay una persona que lo está pasando realmente mal desde que Tamara Falcó e Íñigo Onieva rompieron su relación. ¿De quién estamos hablando? de Alejandra, la hermana del empresario. Sabemos el motivo. Es actriz y trabaja con muchas marcas, por eso necesita estar apartada de la prensa del corazón. Según publican diversos medios, no está dispuesta a correr ningún riesgo. No quiere que su imagen cambie porque sabe que de su fama dependen muchos contratos. Es imagen de empresas que no quieren verse relacionadas con la prensa rosa.
El vínculo entre Tamara y Falcó y su cuñada Alejandra está completamente roto porque la hija de Isabel Preysler ha dejado de seguir a la actriz en redes sociales. Nadie sabe qué ha pasado exactamente entre ellas, pero es evidente que Tamara no quiere volver a saber nada de su antigua familia política. Se siente ofendida porque sospecha que han podido tapar las infidelidades de Íñigo. Alejandra y su hermano tienen una relación estupenda, son cómplices y todo hace pensar que la actriz estaba al tanto de la vida secreta del empresario.
Alejandra Onieva está acostumbrada a la fama
>Acostumbrada a las cámaras y a los focos por su profesión de actriz y por su relación con la súper estrella estadounidense Sebastian Stan – con quien por cierto lleva meses sin dejarse ver en público, por lo que muchos aseguran que su historia de amor ya es historia – Alejandra Onieva es probablemente quien mejor lleva la presión que rodea a la familia de Íñigo Onieva desde su ruptura con Tamara Falcó. Pero todo tiene un límite. En los últimos días, en los que las cámaras se han apostado a las puertas de la casa familiar en La Moraleja para intentar captar las primeras imágenes del empresario tras el escándalo, hemos visto a la protagonista de la serie Alta mar entrando y saliendo en numerosas ocasiones.
Alejandra no es la única que lo está pasando mal, su madre no está tan acostumbrada a las cámaras como ella y ha pedido que le dejen respirar. Se siente acosada por la prensa y asegura que ella no ha intentado comercializar con su vida en ningún momento. Es una mujer que se dedica al mundo empresarial y considera que relacionarse con ciertos escándalos no es bueno para ella. Carolina, así se llama la madre de Íñigo, vive en La Moraleja, una urbanización muy exclusiva, pero los fotógrafos han conseguido entrar.
Muy seria y con un agobio más que evidente, Alejandra ha evitado salir en defensa de su hermano y ha dejado claro que no piensa hacer declaraciones, pero su actitud ha ido cambiando de la indignación inicial – «de verdad, no sé como decirlo, ni yo ni mi familia vamos a hablar» aseguraba hace unos días – a una cierta simpatía por la prensa.
«Otro día más, estáis hasta los domingos. Trabajáis un montón. ¿Qué tal estáis vosotros? A mí me preguntáis todos los días» ha preguntado con una sonrisa, muy pendiente de los reporteros, cuya presencia a las puertas de su casa parece tener más que asumida.
Sin embargo, Alejandra sigue firme en su postura de no hablar de la vida privada de Íñigo y ha preferido guardar silencio sobre las declaraciones de Tamara en México confesando que no odia a su hermano, sino que siente pena por él. «Que paséis un buen domingo» ha asegurado la actriz ignorando las últimas manifestaciones de la marquesa de Griñón sobre su hermano.
Sabemos qué piensa su madre
>Incapaz de soportar la presión mediática que está padeciendo toda su familia desde que se filtraron unas imágenes de Íñigo Onieva siendo infiel a Tamara Falcó 24 horas después de anunciar su compromiso matrimonial – que provocaron que la marquesa de Griñón rompiese su relación de un modo fulminante – Carolina Molas estallaba hace unos días.
Sin poder contener las lágrimas, la madre del empresario exigía a la prensa que por favor la dejasen en paz, asegurando que no iba a hacer declaraciones sobre la vida privada de su hijo y pidiendo que por favor se la dejase al margen de la ruptura de Íñigo y Tamara.
Poco después, trascendía que Carolina había puesto tierra de por medio y se había ido de viaje para huír de las cámaras que se han convertido en una constante a las puertas de la casa familiar, intentando captar la primera imagen del ingeniero tras el escándalo. Según ha podido saber Cotilleo.es, Íñigo Onieva podría seguir sus pasos. Supuestamente quiere ir a México para descansar y alejarse de los problemas.
De regreso en Madrid, la madre de Íñigo Onieva, sobrepasada pero más tranquila que hace unos días, ha hecho una desesperada petición a la prensa cuando le hemos preguntado qué le parece que Tamara haya confesado que no odia a su hijo sino que lo que le transmite es pena: «No me saquéis por favor, no me saquéis» ha rogado cabizbaja.