Veintidós años contemplan ya a ‘Pasapalabra‘ y, lo mejor de todo, nadie duda de que podría durar otros 22 si sigue con la frescura y, sobre todo, las buenas audiencias que está teniendo hoy en día en Antena 3. Los más jóvenes dirán que es que este formato siempre ha gozado del mismo éxito, pero nada más lejos de la realidad, ya que los comienzos, en aquel año 2000 cuando al frente del mismo estaba Silvia Jato, era todo muy distinto y, como ha confesado ahora la presentadora, no las tenía todas consigo de que pudiera haber una segunda temporada.
Los saltos de cadena de ‘Pasapalabra’
Sólo los fieles de ‘Pasapalabra‘, los más mayores, recordarán que este concurso no ha estado toda la vida en Antena 3. Pese a que debutó en esta cadena en 2000, donde permanecería hasta hasta 2006, con Silvia Jato, Constantino Romero y Jaime Cantizano como presentadores, un año después se mudó a Telecinco, que ha sido en la que más tiempo ha estado, ya que permaneció en Mediaset hasta 2019, y siempre con Christian Gálvez al frente. Ese año no es que se desprendiera del formato por voluntad propia, sino por una resolución judicial. Ésta le dio la razón a Antena 3 y allá que volvió de nuevo para su emisión desde el 13 de mayo de 2020, y con Roberto Leal como conductor.
Los comienzos de ‘Pasapalabra’
En el año 2000, ‘Pasapalabra‘ nació, como tantos otros formatos que se prueban en esa época del año, como un test veraniego. Como presentadora se contó con la que en esos momentos era uno de los rostros emergentes de Antena 3, la gallega Silvia Jato. Pues sus comienzos fueron tan duros que la misma presentadora ha reconocido ahora en una entrevista en ‘Vertele’ que nadie del equipo esperaba seguir mucho tiempo: «Yo veía que en septiembre mismo no repetíamos en Antena 3 y volvía ‘Alta tensión‘, que nosotros estábamos decapitados».
Concurso lento
La que fuera primera presentadora de ‘Pasapalabra‘ ha estado estos días en el FesTVal de Vitoria, donde ha aprovechado para presentar su nueva apuesta con Telemadrid y para recordar cómo fueron aquellos comienzos en el concurso de Antena 3. Allí ha asegurado que para éste todo cambió cuando ella, «la que lleva la sangre del programa«, se dio cuenta de que el concurso era lento y decidió hacer en pleno directo la segunda vuelta de El Rosco de forma rápida, como persiste ahora tras 22 años: «Buah, se tiró todo el mundo encima, y el director dijo: esto es la hostia, sigue haciéndolo».
La solución
De aquellas primeras entregas de ‘Pasapalabra‘ la gallega recuerda que ella le dijo a la dirección del concurso que «yo quiero hacer este programa de esta manera. ¿Me dejáis? ¿Me dais un mes?», y que de esa manera empezó a remontar. Según ella, «las pruebas eran las mismas, pero lo hice girando la manera de interpretar el programa«. Silvia Jato ha reconocido que «a mí me dio la locura mental, dije que yo daba el bote por las cenizas de todos mis antepasados, me quité el pinganillo y dije: a tomar por culo. ¡Con la A, con la B, con la C, con la D!». Todo a una rapidez muy distinta a la que tenía la versión italiana, ‘Pasaparola’.
Dar vida a un formato
Desde entonces, ‘Pasapalabra‘, como ella comenta, «cogió una identidad, porque muchas veces se pulen programas sin dejarles tener identidad«. Silvia Jato es de las que cree que «los programas necesitan emisiones, y que el propio presentador se dé cuenta de hasta dónde puede llegar y qué puede dar. Porque tener a Bertín Osborne para que no te cuente un chiste y que esté ahí quieto y acojonado con las palabras del castellano… pues no te merece la pena. Dale caña, sácale jugo».
Su nuevo programa
La que fuera primera presentadora de ‘Pasapalabra‘ sigue al pie del cañón y ya está metida de lleno en su nuevo proyecto, ‘La La La’, en Telemadrid. Según ella, «me llamó la productora y me dijo: «Este formato lo tienes que hacer tú sí o sí». Y yo les dije: “Bueno, pues si estáis tan convencidos…». Cuando le explicaron el formato tampoco puso pegas: «Yo que he hecho todos los géneros en la tele menos el informativo, y esto es parecido a las galas y Telemaratones que había hecho, me vine arriba y pensé que, a mis 51 tacos, ¡vamos a por ello!».
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