A los españoles, por lo general, nos cuesta mucho salir de la ensalada, el gazpacho y el salmorejo en verano, cuando cualquier actividad se convierte en un trabajo de riesgo por las altas temperaturas. Con éstas, se procura evitar lo especiado y las grasas y se buscan comidas frescas y fáciles de digerir. La primera que hemos citado es sin duda el producto estrella en este época, cuando deja de ser un acompañante para otros platos para convertirse en el plato estrella de tu mesa. A la hora de hacerlas hay infinidad de variantes, motivo por el que en esta ocasión nos vamos a atrever con una receta de berenjenas que puede serte un gran descubrimiento.
Ventajas de la ensalada de berenjenas
Lo bueno de hacer una ensalada de berenjenas es que éstas están compuestas principalmente por agua (92,6%), detalle que, sumado a sus escasas grasas, las hace muy ligeras. La fibra es, aparte del agua, su principal componente. De tipo soluble, favorece el buen estado de la flora bacteriana y disminuye la consistencia de las heces, lo que ayuda a su eliminación. En cuanto a sus micronutrientes, destaca principalmente su aporte en potasio (240 mg/100 g) y ácido fólico (13 mcg). También es rica en vitamina B6, vitamina B1 y magnesio. Como refleja su color morado, la berenjena también contiene antocianinas, de acción antioxidante.
Ingredientes de la ensalada
El plato que vamos a preparar es una ensalada de berenjenas al vapor y marcadas, acompañadas de una sencilla salsa satay que prepararemos con mantequilla de cacahuete y zumo de lima. Para llevar a cabo esta receta vamos a necesitar como ingredientes 4 berenjenas jaspeadas o comunes, una cebolla morada, 20 hojas de menta, 3 cucharadas y media de mantequilla de cacahuete, el zumo de una lima y su ralladura, 2 cucharaditas rasas de azúcar blanco, una cucharadita rasa de sal fina, agua hasta diluir la salsa, un poco de aceite de oliva para marcarlas y chile en copos para decorar, aunque este último producto es opcional.
Primeros pasos
Para empezar la receta de ensalada de berenjenas al vapor lo primero será lavar bien el producto estrella y cortarlas en rodajas gruesas. Hay que hacer líneas rectas en la carne con la punta de un cuchillo para que pueda penetrar mejor el aliño posterior. Después hay que añadir sal y una pizca de agua y cocinarlas al vapor usando una vaporera o el microondas -si utilizamos éste hay que taparlas y cocinarlas a máxima potencia cinco minutos- y, posteriormente, marcarlas a fuego fuerte en una sartén o plancha con aceite de oliva. Hecho esto se retiranr y refrigeran.
Cómo finalizar la receta
Al tratarse esta receta de ensalada de berenjenas de un plato sencillo de elaborar, ya casi estamos terminando. El siguiente paso será preparar la salsa mezclando la mantequilla de cacahuete, el zumo de lima y su ralladura, el azúcar, la sal y una pizca de agua para diluir. También se puede añadir un poco de chile en copos o fresco (opcional). Una vez esté fría la berenjena se corta una cebolla morada en juliana y se preparan las hojas de menta y el cilantro. Ya solo quedaría emplatarlas con la cebolla, la salsa, las hierbas aromáticas y una pizca de sal en escamas y servir en frío.
Origen de las berenjenas
El elemento principal de nuestra ensalada, la berenjena, es una planta (Solanum melongena), que se da bien en climas cálidos, secos y soleados, que pertenece a la familia de las solanáceas, como el tomate, el pimiento y la patata, y es pariente del tabaco, como delata la presencia de nicotina en las semillas (en dosis totalmente inocuas). Se cosecha de junio a octubre y su origen se halla en el sureste de la India, donde se consume desde hace más de 4.000 años, y donde se conoce como brinjal. Desde allí fue ganando terreno por Asia y en el siglo VI aparece en un tratado de agricultura chino. Hoy China es con diferencia el principal productor mundial, con casi 20 millones de toneladas anuales, y le sigue la India con la mitad, mientras que España produce unas 175.000 toneladas, especialmente en Almagro.
Cómo hacer mejor las berenjenas
Mezclar la berenjena en una ensalada es una de las maneras más saludables y digestivas de consumirla, además de asada entera al horno, a la plancha o trabajada en patés vegetales. Frita también gusta, aunque ya es menos aconsejable. Hay que tomar ciertas precauciones para que la pulpa no absorba demasiada grasa, lo que multiplica el aporte de calorías y la hace más indigesta (las 15 calorías de 100 gramos en crudo pueden transformarse en 300).